Políticas

10/12/2019

Salta: combativa y numerosa movilización marca la cancha en el minuto uno del gobierno de Sáenz

El PO, el MST, la Cuba, el MAR y el PTS nos movilizamos frente a la legislatura salteña donde se hizo el acto de asunción de Gustavo Sáenz. “Ni ajuste ni represión. Contra el ajuste de Sáenz y Romero” (este último, ex gobernador y actual senador nacional), fue la consigna central, junto a las reivindicaciones de trabajadores ocupados y desocupados.


Se denunció en particular que fue designado como nuevo ministro de seguridad el coronel Juan Manuel Pulleiro, un sujeto que reivindica al Operativo Independencia que fue el inicio del terrorismo de Estado.


 



Al mismo tiempo, la asamblea de los docentes autoconvocados se hizo presente con sus reclamos por un bono de 15000 pesos para fin de año y por la continuidad de la cláusula gatillo que ajusta el salario mes a mes por inflación. También se sumó el reclamo masivo de los estudiantes de la Universidad Católica contra el aumento de la cuota y cuestionando la calidad de la educación que reciben por parte de esta universidad privada que tiene el monopolio de la enseñanza de las carreras de Derecho, Trabajo Social y Psicología en la provincia. Los adherentes de Sáenz, apenas si sumaban la cuarta parte de los que fuimos a poner sobre la mesa los reclamos de los trabajadores.



El gabinete de Sáenz además de mano dura, ofrece un mosaico de representantes directos de las grandes cámaras patronales y ex funcionarios de Romero y Juan Manuel Urtubey. Martín de los Ríos, diputado del PRO y vocero de Prograno, la cámara de los principales sojeros y terratenientes de Salta, será ministro de la producción; la Cámara de Diputados la preside Tuti Amat, que es a la vez presidente de la Cámara del Tabaco; en Obras Públicas está Sergio Camacho, un hombre del grupo empresario “Horizontes”, de Romero. En Educación va un hombre del clero.


Desde su triunfo por amplio margen en las elecciones, Sáenz no para de cooptar “opositores”. Cinco diputados electos por Sergio “Oso” Leavy, del Frente de Todos, ya están en el bloque Sáenz conducción. Varios electos por el olmedismo (la fuerza del diputado nacional saliente Alfredo Olmedo) siguieron el mismo camino. Esto habla de la estafa de las alternativas electorales que se llevaron la mayoría de los votos, pero también de que son todos partidarios de un gobierno patronal y clerical para hacer pagar la crisis a los trabajadores.


El lugar de la oposición popular lo ocupa nuevamente el Partido Obrero y la izquierda independiente que hoy se ha movilizado. Los kirchneristas locales asisten pasivamente a la cooptación de sus diputados y se rinden ante la evidencia de que Fernández va a gobernar con Sáenz.



El nuevo ministro de economía, Roberto Dib Ashur, afirmó que, al igual que a nivel nacional va a prorrogar el actual presupuesto hasta abril próximo, con esto ganan en manejo discrecional de los fondos en medio de una gran crisis fiscal. Cuando el periodismo lo interpeló sobre la continuidad de la cláusula gatillo que abarca a todos los estatales, dijo que esperaría a “las paritarias nacionales docentes” para definir la política salarial. Absurdo, ya que no existen hace años, ni parece que vayan a existir ahora, el pacto social es la mismísima negación de la negociación paritaria. Aún en el absurdo dejaron ver que piensan apoyarse en el pacto social a nivel nacional para depreciar salarios y salir del actual sistema de indexación que caduca este mes. El diario El Tribuno viene publicando titulares en tapa y editoriales adjudicando a la cláusula gatillo la responsabilidad de una eventual quiebra de la provincia. Entre los empleados públicos crece la deliberación por esta reivindicación y también por los anuncios de que se revisarían los contratos del Estado, es decir que amenazan con dejar sin trabajo a los miles de precarizados que deja Urtubey, lo que contrasta con la completa complicidad de todas las alas de la burocracia sindical.


Con la gran movilización de hoy hemos dejado planteada una agenda obrera frente al ajuste capitalista que se viene, un buen comienzo de la pelea para que la crisis no la paguemos los trabajadores.



Apostilla: Cuando concluía el acto donde hablamos todas las organizaciones convocantes llegaron tres militantes del grupo de Altamira que había decidido no convocar, con la pretensión de hablar. Esto por supuesto no ocurrió, porque constituía un acto de oportunismo de quinta categoría.