El ahora exministro de Seguridad salteño, Juan Manuel Pulleiro, militar negacionista de la dictadura, presentó (o le hicieron presentar) su renuncia en la mañana del lunes 25 de octubre. Los crímenes mafiosos de las últimas semanas, el crimen del Nahuel Vilte en el Parque San Martín, que usaron para reprimir brutalmente a vendedores ambulantes y manteros, y los recientes femicidios -uno a manos de un policía- determinaron su salida.

Pulleiro, a quien denunciamos desde el primer día, se va luego de llevar adelante brutales represiones, sobre todo durante la cuarentena, con 42 asentamientos desalojados y donde ocho personas perdieron un ojo como consecuencia de la brutalidad policial.

El gobernador Sáenz, responsable principal de esa política represiva, ha decidió reemplazar al milico negacionista por el actual Procurador de la Provincia, Abel Cornejo, quien asumiría en un nuevo ministerio que incluye Seguridad y Justicia.

Cornejo puso como condición para asumir el cargo una reforma que incluiría el fin de la tortura por parte de la policía y el servicio penitenciario y reformas en los planes de estudio de los aspirantes de estas fuerzas. Viene acompañado de un barniz de “democratización” del aparato represivo. Pero está claro que hace falta mucho más que un “maquillaje de la fuerza.

Un factor clave de la inseguridad es el narcotráfico y el contrabando -totalmente entrelazados con los poderes del Estado- de donde llegan los crímenes mafiosos que ahora se repiten semana a semana. Todo el arco político acaba de rechazar por 53 a 1 la propuesta del Partido Obrero de formar una comisión investigadora para destapar la olla podrida de los vínculos entre el Estado y estos crímenes mafiosos en la frontera. En su lugar mandaron una intervención encubridora al municipio de Salvador Mazza.

¿Quién es Abel Cornejo?

Abel Cornejo es nada más y nada menos el que, como juez federal de Salta, ordenó la represión de noviembre del año 2000 a un corte de ruta, donde es asesinado por la policía el por entonces despedido de la empresa Atahualpa, Aníbal Verón. Cornejo fue juez y parte, ya que se hizo cargo de la investigación del asesinato, que por supuesto quedó impune.

Durante el mes de junio del año 2001, Cornejo ordena la detención de diversos dirigentes del movimiento de desocupados del norte provincial, particularmente dirigentes del Partido Obrero. El entonces juez federal mantuvo detenidos largos meses a los militantes del PO, José “Pepe” Barraza, César “Perico” Raineri y Carlos Gil, a quienes acusó de sedición. Lanzó una brutal represión que se cobró la vida de Carlos Santillán y José Barrios, y otorgó super poderes a la gendarmería para detener sin orden judicial a los dirigentes de los movimientos de lucha, a los cuales les inventan todo tipo de causas.

Con estos antecedentes, Cornejo es propuesto por Urtubey para la Corte de Justicia en 2008. Presentamos entonces desde el PO una impugnación a su nombramiento denunciando todo lo anterior. La respuesta de Cornejo a nuestra impugnación no deja lugar a dudas: dijo que si él no intervenía el norte iba a entrar en caos, que él fue a poner orden.

Ahora llega Cornejo, nuevamente, a un cargo con instrumentos represivos, cuando la crisis económica, social y política se asemeja a la del 2000/01 y en un cuadro donde lo que se ha impuesto como debate público es la agenda capitalista que siguen Fernández y Sáenz: acuerdo con el FMI, ajuste, tarifazos, mayor concentración de la tierra, reforma laboral y un largo etc. de ataques a las condiciones de vida de las y los trabajadores. Esta agenda no se sostiene sin represión.

Su llegada se da pocos días después de que otro represor como Aníbal Fernández asumiera el ministerio de Seguridad en el gabinete nacional. Podemos ya deducir, a partir de sus antecedentes, el papel que va a jugar Cornejo. Se fue Pulleiro, la lucha continúa.

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