Políticas

15/6/2016|1415

Salta: siguen las muertes de niños por desnutrición

Fuera Albino Conin


La comunidad wichí está de luto: el 21 de abril falleció en Salta una beba de dos años tras sufrir un cuadro de “broncoaspiración, gastroenteritis aguda infecciosa, trastorno metabólico, desnutrición”, según indican los médicos.


La víctima fatal era miembro de una familia oriunda de “La Medialuna”, comunidad ubicada a 25 kilómetros de Dragones, en el departamento salteño de General San Martín. Y la tragedia es doble porque se trata del segundo hijo que se muere por falta de comida.


Ante el hecho, el ministro provincial de Primera Infancia, Carlos Abeleira, un hombre del “grupete clerical” encabezado por el doctor Abel Albino (el pediatra cercano al PRO que sonaba como posible miembro del gabinete nacional), reconoció públicamente que la niña padecía de desnutrición pero después cambió su discurso y dijo que en realidad hubo un cuadro de vómitos y diarrea prolongado.


A su lado, el ministro de Salud salteño, Oscar Villa Nougues, sostiene que la muerte se produjo por broncoaspiración y que los padres no cumplieron con llevar a su hija a los controles. ¿Quién dice la verdad?


Los padres de la niña dicen que fueron al centro de salud de Dragones y tenían que volverse porque nunca accedían a uno de los 15 turnos que otorgan por día. También explicaron que no tienen ni leche para sus hijos sino que comen de lo que el padre logra cazar en el monte y alguna que otra cosa comprada con el dinero de la Asignación Universal.


Trágico panorama


Sólo durante el último año la desnutrición se cobró 5 vidas de niños de distintas comunidades originarias y la forma en la que suceden es siempre la misma: camino al hospital.


Por ejemplo, otra pequeña wichi, también de 2 años, murió en mayo por una infección que le llegó hasta los huesos. Toda la familia está afectada: la abuela fue atendida en el 2014 pero no se puso en tratamiento a toda la familia y por ello falleció la más débil.


Las comunidades originarias siempre fueron las más golpeadas por la pobreza: en los ‘90 era por cólera y ahora mueren por enfermedades que deberían estar erradicadas.


La solución de Urtubey


El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, siempre culpa a la pobreza estructural que heredó (como si no fuera que gobierna desde hace 8 años) y como respuesta a la indignación popular por la muerte de los pequeños su ministro de Primera Infancia dice que a las víctimas fatales les faltó “amor”.


Lo cierto es que Urtubey, además de crearle un ministerio al Opus Dei, financia edificios para la fundación Conin (de Albino) mientras que los centros de salud del interior no tienen médicos, ni agentes sanitarios, ni medicamentos, ni ambulancias.


Albino admitió públicamente que le costará 50 años erradicar el hambre en Salta, aunque nuestros pequeños no tienen tanto tiempo. Ahora la dupla Abeleira – Albino también admite que “hay 2.000 niños con bajo peso y en control nutricional” y  que “hay otros casos graves”, en seguimiento, aunque no detalló cuántos.


Durante la campaña electoral nacional causaba asombro que Mauricio Macri simpatizara con el polémico Dr. Albino, quien se hizo famoso por su libro “Gobernar es poblar”, donde se opone a los anticonceptivos, llama a vivir en castidad, y pone a la mujer al servicio del hombre, además de plantear que la mejor manera de evitar el VIH es la abstención sexual, en lugar del preservativo.


Pero una de las peores posturas de Albino es que la desnutrición es producto de la promiscuidad y no de la falta de recursos económicos.


Describir todo lo que piensa Albino tomaría varias hojas de crítica, en definitiva el programa de Conin es el plan perfecto a la medida del ajuste que impone Macri y Urtubey.


El gobernador lleva a la quiebra a la provincia producto de administrar a favor de los negocios del gran capital, aunque eso tenga como consecuencia la propia muerte. Y toda respuesta se moldea a la medida de la oligarquía salteña, que históricamente se enriqueció a costa de un pueblo sometido al oprobio. De hecho, los índices más altos de pobreza y miseria se dan en los departamentos en que se fue a fondo con los grandes negocios capitalistas, madera, soja, caña, desmonte, petróleo.


Ahora bien, debemos comprender que encarar la desnutrición de los niños desde los planes ultramontanos de Albino y no desde la salud pública forma parte de un plan de control social, no solo porque sale más barato.


El caso de la niña wichí violada puso de manifiesto la precariedad de la salud pública en el interior y también lo dañino que es para el pueblo esta gente conservadora. La clase obrera debe tomar nota de esto y luchar por nuestros niños.