En las movilizaciones que caracterizaron la reciente crisis en San Luis, se destacaron también los trabajadores salineros autoconvocados.

Es que las fuentes de trabajo se encuentran en peligro a partir de un proyecto para inundar la Salina del Bebedero, uno de los principales reservorios del país, que abastece más del 40% de el consumo de sal del país. Se perdería el yacimiento de cloruro de sodio y Argentina se vería obligada a importarlo.

Frente al reclamo de los trabajadores, el gobierno no ha podido explicar la finalidad de la obra.

Pero rondan varias versiones: que Alberto Rodríguez Saá se quedaría con las salinas; que la empresa Dos Anclas (que las está explotando) se negó a ponerle plata a los Saá para su campaña, o que el gobierno tiene planeado construir frente a la Laguna del Bebedero un hotel internacional.

Por otro lado, es también un misterio cómo se licitó la contratación de la obra que llevará aguas desde el Río Desaguadero hasta la Laguna del Bebedero para su inundación, cuál es el costo de ésta y cómo se está financiando.

Una vez más, los conflictos de intereses entre capitalistas redundarán en la pérdida de trabajo de 110 familias, sin mencionar el peligro que esto significará para industrias como las petroquímicas, lácteas, alimenticias, petroleras, agropecuarias, textiles, etc.

Los trabajadores salineros ya han nombrado una comisión de lucha y se han puesto en contacto con el comité de lucha docente.

Mientras tanto, la movilización del pueblo puntano por echar a los Saá del gobierno no cesa.

No a la continuidad del proyecto de inundación de las Salinas de Bebedero.

Viva la lucha de los salineros.