Políticas

17/8/2020

San Martín y el “orgullo” de Alberto Fernández por las Fuerzas Armadas

En un acto oficial volvió a insistir en la reintegración de las FF.AA. en la sociedad.

Alberto Fernández aprovechó el acto oficial de conmemoración del 170° aniversario de la muerte de San Martín para volver a destacar la centralidad política que da a la “reintegración de las Fuerzas Armadas en la sociedad”.

El presidente no se privó de hacer una burda comparación entre el Ejército de los Andes que puso en pie San Martín en medio de las guerra de la independencia contra las tropas realistas, con las actuales Fuerzas Armadas “con las que tan de cerca estamos trabajando en estos tiempos”. Ello para enfatizar que “estamos orgullosos de nuestro Ejército, nuestras Fuerzas Aéreas y nuestra Armada se unen al resto de los argentinos”, y que “crecemos como sociedad” al integrarlas.

Es un fraude alevoso igualar a un ejército de arraigo popular erigido en medio de un proceso revolucionario con el brazo armado de un Estado que despliega sus tropas al interior del propio país amedrentando a la población trabajadora. Pero el sentido de este falseamiento es claro: al equiparar al coronavirus con la amenaza de la invasión de ejércitos extranjeros se justifican todos los atropellos cometidos en estos meses por las fuerzas represivas, con el pretexto de hacer cumplir el aislamiento social y otras disposiciones.

Es un contenido reaccionario, cuando el país está en vilo a la espera de la autopsia que debe determinar si el cuerpo hallado en un arroyo en Villarino corresponde al desaparecido Facundo Castro. La escalada de abusos y asesinatos cometidos por las fuerzas estatales es una consecuencia directa de este “empoderamiento”, que como vemos no es una línea exclusiva de Berni sino una política de Estado a nivel nacional. Un informe de Prensa Obrera recopiló en plena cuarentena la función represiva y de disciplinamiento social que cumplían las Fuerzas Armadas en las barriadas, mientras el hambre sigue creciendo.

Esta política de reintegración de las FF.AA. ya había sido explicitada por Alberto Fernández cuando llamó a “dar vuelta la página” en las vísperas de un nuevo aniversario del golpe de Estado genocida de marzo del ’76. Esta rehabilitación política de las Fuerzas Armadas se combina con un reforzamiento de las mismas. Una expresión es el blanqueo de los salarios que cobran los militares, un derecho que es negado a gran parte de los trabajadores públicos (en especial al personal de la salud en plena pandemia) y que insumirá un costo de 2.250 millones de pesos mensuales. Se suma a ello las presión oficial para la rápida sanción del Fondo de Defensa que implica una partida de 34.000 millones de pesos para equipamiento y operaciones militares. Trascendió, además, que se busca importar de China unos 200 tanques blindados (descartados por el país asiático).

Este reequipamiento de las fuerzas Armadas no tiene nada que ver con un sentido de independencia nacional, porque de hecho no hay hipótesis alguna de conflicto con países extranjeros. Peor aún, Argentina participa de operaciones militares conjuntas diseñadas por el imperialismo para el control de la región. Con todo, la razón principal por la cual se pretende destinar semejante porción del presupuesto público a los militares, mientras colapsa el sistema sanitario, es -junto con la rehabilitación política- un anticipo del rol de “guardianes del orden” que se les asigna en un cuadro de creciente miseria social y descontento popular.

El motivo de fondo fue revelado por otra impostura del discurso presidencial, con la afirmación de que hoy el “orgullo nacional se defiende plantándose frente a los acreedores y diciéndoles que no vamos a pagar deuda a costa del pueblo”. Es justamente el acuerdo colonial con los bonistas, y el “plan económico” que se pactará con el FMI, la piedra basal de todo un régimen que buscará “reactivar la economía” haciendo pagar la crisis a los trabajadores con despidos, recortes salariales y reformas laboral y jubilatoria. El gobierno y las Fuerzas Armadas son guardianes del saqueo imperialista del país a costa de las masas trabajadoras.