Políticas

2/11/2017|1480

Santiago del Estero: El Frente de Izquierda no pudo renovar su banca


Las elecciones de octubre en Santiago del Estero -en las que Gerardo Zamora fue electo nuevamente gobernador, reemplazando a su esposa- tuvieron un aspecto diferencial en relación con las Paso, en las que sólo se presentaron las listas y candidatos que iban a competir por los cargos nacionales. Esta vez, el gobierno provincial hizo confluir con la elección de aquellos la votación para renovar la Gobernación, la Legislatura y más de un centenar de comisionados comunales.


 


Así, en la elección de octubre se presentaron más listas, obligando a una movilización mucho más intensa del aparato del Frente Cívico (una coalición del PJ mayoritario con la UCR mayoritaria) que gobierna la provincia desde hace más de una década, pues con menores porcentajes se podían acceder a los cargos en disputa para la Legislatura provincial.


 


A la vez, la pugna por la elección de los comisionados en las comunas del interior llevó a una suerte de interna del propio Frente Cívico, pues en muchos lugares se presentaban varias listas que, a nivel general, apoyaban el retorno de Gerardo Zamora a la gobernación pero, a nivel local, procuraban imponer sus candidatos.


 


Avance del zamorismo


 


El zamorismo se impuso por amplios márgenes: conquistó los tres diputados nacionales y 30 de los 40 cargos de diputados provinciales, junto a la mayoría de los comisionados municipales, los cuales son gobierno en localidades de hasta 2.000 habitantes. Es en el terreno de los comisionados donde se ha hecho fuerte el PJ, liderado por el vicegobernador Emilio Neder e integrante del Frente Cívico: pudo imponerse en 80 de las 137 comunas.


 


Incluso el Frente Cívico ganó por primera vez en Pinto, cuyo intendente es Emilio Rached, el principal referente de la UCR-Cambiemos. También triunfó sobre el massismo en la Banda, donde éste gobierna.


 


El zamorismo viene gobernando la provincia desde 2005. Cuenta con el apoyo de los principales grupos empresarios locales, incluidos los terratenientes que han visto que el gobierno de Zamora es la mejor garantía de sus intereses, en especial, cuando se trata de reprimir las acciones de los campesinos pobres que son expulsados de sus tierras.


 


Durante la campaña, Macri visitó la provincia y salió de gira con Gerardo Zamora, dándole la espalda a los candidatos y referentes locales de Cambiemos. Macri busca garantizar la pertenencia de Zamora al elenco de gobernadores socios de la política de ajuste. Zamora siempre estuvo a los pies del poder político nacional de turno, y en estos dos años no ha hecho una excepción: como diputado, ha votado la mayoría de las leyes macristas.


 


Es interesante destacar el papel que jugaron los grupos K. En los agrupamientos campesinos y populares (Mocase) llamaron abiertamente a votar al zamorismo para enfrentar a Macri -de hecho, en el lanzamiento de Unidad Ciudadana uno de los principales oradores fue el flamante gobernador.


 


La elección del FIT


 


El Frente de Izquierda, por su parte, no pudo renovar la banca provincial que había conquistado cuatro años atrás. Si bien la votación en las Paso a diputados nacionales (3,5%) daba margen para mantenerla, en esta se sumaron seis listas más -algunas, como el MST, lanzadas a atacar al PO y al FIT. La acción de los aparatos y el dominio casi indiviso por parte del zamorismo en gran parte del territorio provincial jugaron también como factores negativos en la pelea por mantener o ampliar los guarismos de las Paso.


 


No se puede dejar pasar las limitaciones del propio FIT. El hecho de que Izquierda Socialista contara con personería le permitió manejar desde el diseño de las boletas hasta la totalidad de los spots (ya habían excluido de la lista a diputados nacionales a los referentes del PO, confinándolos como suplentes). IS hizo una campaña al margen del principal objetivo, que era la posibilidad de renovar la banca. Como la lista a diputados provinciales estaba encabezada por Andrea Ruiz, dirigente del PO, fue censurada de la campaña de IS, incluso cuando la banca en juego era de carácter rotativo.


 


A pesar de estas dificultades, el Partido Obrero realizó una campaña con importantes logros en materia de reclutamiento, apertura del trabajo en nuevas localidades y barriadas de la capital. El Polo de Santiago ya es una fuerza con capacidad de movilización. Nuestras intervenciones en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres y en la lucha por Justicia por Santiago Maldonado nos han transformado en la principal referencia política de la izquierda en la provincia.