Políticas

12/5/2017

Santiago del Estero, peor que África

Un estudio de la ONU coloca los índices de desarrollo de la provincia por debajo del de varios países de ese continente.


La ONU acaba de dar a conocer el Índice de Desarrollo Humano por Provincias para nuestro país: en el último lugar aparece Santiago del Estero –muy lejos del penúltimo–,  con cifras alarmantes. El índice medido para la provincia, de 0,313, es igual al del país africano de Lesoto, e inferior al de países como Ruanda, Suazilandia, Namibia, Yemen o Uganda.


 


El informe de la ONU mide las condiciones sanitarias de la población, la expectativa de vida, la educación, la producción per cápita, la desigualdad económica y de género, las condiciones ambientales, entre otros factores. En todas estas variables, Santiago se encuentra al final del pelotón –algo que no sorprende en la provincia con menor acceso a agua potable y cloacas, con peor nivel salarial y mayor precarización laboral, y con altísimos índices de femicidios y violencia de género.


 


El examen de la ONU es una condena tácita al zamorismo gobernante: muestra no sólo que la situación están en un nivel alarmante, sino que ha empeorado en las últimas décadas. En 1996, Santiago se encontraba en el puesto provincial número 21 de desarrollo humano; hoy está en el 24. Ese mismo año, los datos oficiales de pobreza eran de un 21,9% en Santiago Capital y un 32% en La Banda; hoy, el Indec informa que el núcleo urbano Santiago-Banda es el más pobre del país, con un 44% de pobres. Queda claro que el discurso de “progreso social” del zamorismo es una falacia enmascarada por un puñado de obras faraónicas, muchas de ellas sin utilidad social (aunque sí con altísimos beneficios para las empresas contratistas).


 


El informe también menciona específicamente a la provincia debido a su bajísimo nivel de “sostenibilidad ambiental”, por la deforestación masiva. En los últimos 15 años, impulsado por el fomento de la producción sojera, se ha producido el crimen ambiental más grande de la historia provincial, con el desmonte de más de 4 millones de hectáreas, siendo en ese período la región mundial con mayor tasa de erradicación de bosques nativos (acorde a un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA).


 


De este modo, el zamorismo ha hecho lo que parecía imposible: ha llevado a la provincia a un atraso social relativo incluso peor que bajo el juarismo. Destrucción ambiental, atraso económico, pobreza masiva, aumento de la opresión de las mujeres, tienen su correlato político en un agravamiento de la violación sistemática de las libertades democráticas, el espionaje estatal, la persecución política a opositores y los crímenes impunes (como los de Raúl Domínguez y Marito Salto).


 


Claro que la responsabilidad no es solo provincial: esta barbarie es resultado directo de la “década ganada” kirchnerista y del macrismo, que ahora con el “Plan Belgrano” impulsa la consolidación de la provincia y de todo el NOA como un polo sojero, profundizando la primarización de la economía al servicio de las grandes empresas.


 


Ante este régimen oprobioso, es imprescindible desarrollar a fondo una alternativa política de los trabajadores y la izquierda, que unifique a los trabajadores santiagueños de la ciudad y del campo.