Políticas

5/11/2014|1339

Santiago del Estero: por la unidad de las luchas


Tras un año con relativa calma, han empezado a despuntar distintas luchas en la provincia, que dan cuenta de un clima social caldeado.

Los trabajadores judiciales han realizado varias movilizaciones, de hasta 400 personas, exigiendo aumento salarial y el 82% móvil para los jubilados, con asambleas muy numerosas. El Tribunal de Justicia, en lugar de responder a los reclamos, invirtió un millón y medio de pesos en cámaras de vigilancia y amenazó con descuentos. 

Un grupo de motociclistas autoconvocados generó una importante marcha a casa de gobierno, exigiendo el cese del hostigamiento y los atropellos diarios que se vienen dando en los operativos lanzados a partir del decreto de “seguridad vial”, el cual sólo tiene fines recaudatorios y de regimentación social, y que afecta principalmente a la población trabajadora. En uno de estos operativos, la policía asesinó al trabajador “Tino” Farías, por quien se están realizando marchas semanales, exigiendo justicia.


Movimientos de lucha


El sindicato docente realizó una movilización exigiendo aumento salarial, reapertura de paritarias y mejoras en las condiciones de trabajo. Incluso la burocracia de Sadop movilizó a su cuerpo de delegados, con pedidos desdibujados relacionados al salario.




Ha comenzado a surgir un movimiento contra la precarización laboral en distintos sectores de la administración pública, y se plantea la necesidad de asambleas y una movilización.




Con la reciente ola de calor, quedó al descubierto el colapso energético y de agua tras décadas de desinversión. Barrios enteros de la ciudad capital y Banda quedaron sin agua, al igual que distintas localidades del interior. En Las Termas de Río Hondo, hubo una movilización exigiendo agua y electricidad.




En el campo, han crecido los conflictos, con la resistencia de pequeños campesinos ante intentos de usurpaciones y desalojos por parte de sojeros y terratenientes. En este marco, el 4 de noviembre comienza el juicio por Cristian Ferreyra, joven militante del Mocase asesinado en 2011 por “guardias blancas” (grupos parapoliciales de sicarios al servicio de sojeros, amparados por el propio Estado).

Este proceso es la expresión, aún incipiente, del hartazgo popular en la provincia con la profunda miseria social tras la década K-zamorista. Se da, además, en el marco de una creciente crisis del zamorismo: la grieta entre el sector peronista y el sector radical del gobierno ya es abierta. Corresponde tomar nota además de que la burocracia sindical, al igual que la ligada al campesinado, tienen vínculos casi exclusivamente con el sector de “bases peronistas”.




La tarea del momento es unificar los reclamos en un plan de lucha conjunto de explotados de la ciudad y del campo: por salario, por paritarias, por el fin de la precarización laboral, por un doble aguinaldo, por agua y electricidad para toda la provincia, por el desmantelamiento de las guardias blancas y el fin de los desalojos en el campo.