Los medios nacionales han publicado el pedido iracundo de Fernando Espinoza para que su contrincante en la interna bonaerense del FpV, Aníbal Fernández, baje su candidatura a gobernador. Más aún, después del triunfo pírrico del macrismo en la Ciudad, Espinoza ha vuelto a la carga contra Aníbal. El pedido de dimisión, de “baño de humildad”, es compartido por el conjunto de los intendentes pejotistas del conurbano.

 

No le perdonan a Fernández la designación del converso Martín Sabbatella como compañero de fórmula. Además, como si fuese poco, las encuestas dan una leve ventaja a Fernández-Sabbatella, lo que pone en pie de guerra a los caciques pejotistas. Conociendo el paño, los barones de ninguna manera dejarán al azar la mínima posibilidad de entregar la provincia a una fórmula “impura”.

 

Aníbal Fernández, con intenciones de suavizar ese malestar, y con no poco arrepentimiento, borró de la boleta electoral la foto a su compañero de fórmula. Más aún, “Martincito” no aparece ni en los afiches de campaña.

 

Todo, a pesar de los esfuerzos que Sabbatella hace para agradarle al peronismo. Además de pasear por todo Morón a Aníbal Fernández, en sus últimas declaraciones Sabbatella confesó su “orgullo por compartir fórmula con quien Cristina eligió para jefe de Gabinete”. Un sentimiento miserable por uno de los responsables de los asesinatos de Kosteki y Santillán en la masacre de Avellaneda, cuando era secretario de Eduardo Duhalde (2002).

 

Es obvio que Aníbal Fernández confraterniza mucho más con el “Vasco” Othacehé o con Curto, pero la compañía de Sabbatella le es muy útil para lavarle la cara a uno de los funcionarios con mayor imagen negativa. Por lo demás, desconocemos el destino incierto de esta fórmula tan singular, pero es indudable que el sabbatellismo no saldrá indemne de este desaguisado político. No obstante, Sabbatella está dispuesto a tragarse otro sapo.

Fue en este marco que Fito Páez, en su propia casa, les cantó: “…sapos y culebras en el circo beat”.

 

Una vez más, llamamos a todos los votantes progresistas a que se sumen al Frente de Izquierda, la única fuerza capaz de enfrentar a los ajustadores con una política independiente.