La reunión de la mesa chica de Juntos por el Cambio que tenía como objetivo discutir la incorporación a la coalición del PJ de Juan Schiaretti, y también de José Luis Espert, terminó en un cuarto intermedio sin fecha definida de nueva reunión. Se trató de un verdadero bochorno, con enfrentamientos a seis bandas, que incluyó a la interna del PRO entre Larreta y Bullrich, la disputa de la UCR a nivel nacional y la campaña electoral de la provincia de Córdoba, que elegirá gobernador el próximo 25 de junio.

La cuestión tiene muchos antecedentes, pero es el mismo Schiaretti quien desató la polémica al plantear avanzar en un frente de frentes entre Juntos por el Cambio y el peronismo no kirchnerista. De esa forma, el oficialismo cordobés pretende proyectar al escenario nacional el armado electoral que presenta en las elecciones provinciales, donde el PJ va aliado a una parte de la UCR y del PRO en las candidaturas a vicegobernadora y viceintendente de la capital, respectivamente. Se trata, por un lado, de una maniobra electoral que pretende achicar la perspectiva de la lista local que encabeza Luis Juez. Pero, por otro lado, Schiaretti realiza un planteo estratégico, al afirmar que se debe avanzar en un gobierno de coalición y unidad nacional.

La propuesta de “unidad nacional” rápidamente fue admitida por la mayoría de Juntos por el Cambio. Rodríguez Larreta emitió un comunicado el domingo pasado afirmando que es necesario armar una nueva mayoría y alentando expresamente la incorporación de Schiaretti, Espert y de Stolbizer. Larreta coincide con el planteo de “unidad nacional”, pero también pretende conformar una lista común con Schiaretti dentro de la alianza opositora en las Paso, que le permita aventajarse en la disputa interna del PRO. Mauricio Macri no se pronunció todavía, pero hay que mencionar que hace pocas semanas avaló el pasaje del presidente (Pretto) y otros punteros del PRO cordobés a la lista local de Schiaretti y Llaryora.

Asimismo, Gerardo Morales, titular de la UCR nacional y gobernador de Jujuy, impulsa la sumatoria de Schiaretti y Espert, entendiendo que esas incorporaciones reforzarían el tándem Larreta-UCR. También apuran una definición en ese sentido los titulares de la Coalición Cívica (Maximiliano Ferraro) y de Encuentro Republicano Federal (Pichetto), quienes plantean que el acuerdo de ampliación debería realizarse en lo queda de la semana. Resulta que los tiempos apuran, porque las alianzas para las Paso nacionales deben presentarse como máximo el 14 de junio.

Quien salió al cruce de la “unidad nacional” fue Patricia Bullrich, manifestando que hablar con Schiaretti equivale a poner una bomba en la campaña de Córdoba. A ella se sumaron López Murphy (Republicanos Unidos) y Asseff (Unir). Lo mismo plantearon Luis Juez, que viajó de urgencia a la mesa chica en Buenos Aires, y la UCR provincial. Un acuerdo nacional de frentes golpearía la candidatura de Luis Juez, que ya ha perdido no solo una parte del aparato (que se pasó al oficialismo), sino también el apoyo de una parte importante de sectores de la burguesía. Con el armado de una alianza nacional, cualquier ángulo de crítica local se extingue.

De toda esta novela tragicómica derechista hay una cuestión positiva. El pasaje de los políticos capitalistas de un bando hacia el otro echa claridad sobre el programa común que defienden, al servicio del ajuste y la reforma laboral que piden el FMI y el conjunto de la clase capitalista. Incluso Schiaretti ha llevado a fondo la cuestión represiva que postula el derechismo macrista, persiguiendo las luchas obreras y populares e imputando penalmente a dirigentes sindicales, sociales y políticos, entre los que se encuentran Soledad Díaz y Emanuel Berardo, que son candidatos a vicegobernadora y legislador por el FIT-U.

En las semanas que vienen debemos batallar políticamente en la campaña electoral para expandir estas conclusiones: que Juez y Llaryora son lo mismo y tienen el mismo programa de ajuste y represión y que solo el Frente de Izquierda Unidad plantea una salida de los trabajadores a la crisis. Desarrollemos una gran agitación para reforzar el voto a la izquierda.

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