Scioli, a lo pirro

¿Por qué el revalúo impositivo de tierras provocó tantos choques políticos si, después de todo, el proyecto oficial nunca contempló más que un aumento del 50% de la base fiscal y alícuotas menores? Luego de la aprobación de este revalúo intrascendente, la Mesa de Enlace se animó, incluso, a lanzar un 'paro comercial' de diez días de duración. La tasación fiscal de las tierras agrícolas se encuentra retrasada en medio siglo, en tanto que la vivienda urbana se ajusta cada dos años aproximadamente. La crisis se armó en Diputados, luego de que el proyecto oficial hubiera sido aprobado sin inconvenientes en el Senado. La recaudación del inmobiliario rural aumentará apenas en cuatrocientos millones de pesos (la mitad coparticipable con los municipios). Monedas.


El encontronazo se produjo cuando los 'progresistas' del FAP convidaron a Scioli a presentar un revalúo gradual de las tierras, como el que se votó en Santa Fe. Los 'progresistas' se han convertido en los principales defensores del capital agrario. Detrás del FAP se alinearon la totalidad de la oposición y los ruralistas, en tanto que el gobierno nacional insistió en el proyecto que ya tenía media sanción, porque éste le asegura un aumento de recaudación de impuestos nacionales, como el que afecta 'la riqueza', cuyo mínimo imponible no se modifica desde hace cinco años. En lugar de un impuesto a los terratenientes, la Legislatura bonaerense parió un impuestazo a la clase media. El compromiso se alcanzó cuando Scioli puenteó a los diputados con un revalúo por decreto, que los diputados avalaron luego de hecho al aprobar nuevos porcentajes de impuesto por ley.


El enfrentamiento dejó al desnudo el inicio de una nueva crisis con el capital agrario, a partir de tres factores: una caída de los precios internacionales, una suba de los costos, y la aparición de un 'lobby' a favor de la devaluación del peso -que el gobierno tiene relativamente bloqueada por medio del corralito cambiario. El ruralismo está tanteando una ofensiva para reducir las retenciones a las exportaciones y para devaluar la moneda.


El compromiso del decreto dejó al desnudo, de nuevo, la crisis entre Scioli y el cristinismo por la sucesión presidencial de 2015. La Rosada busca neutralizar al gobernador 'leal' de la provincia. El encontronazo, sin embargo, subestima, ¡y cómo!, lo que está en juego efectivamente. Nos referimos a la crisis fiscal de la provincia de Buenos Aires, donde ya se prevé el desdoblamiento del pago de salarios o el medio aguinaldo, y en algunos casos la emisión de cuasi monedas. El roce por el revalúo fiscal es una operación de precalentamiento para lo que será la verdadera madre de la batalla fiscal -el traspaso del transporte al distrito bonaerense, que deberá asumir la responsabilidad del tarifazo.


La 'batalla' del revalúo puso de manifiesto el carácter recontra capitalista de La Cámpora y del binnerismo, que frente a un retraso del 98% de la valuación rural (equivalente a un aumento retrasado de 5.000%), se limitaron a un 'retoque' del 40%, menos del uno por ciento de lo necesario. Pero, además, el impuesto nacional que deberán abonar, de acuerdo con el nuevo revalúo, es tomado como pago a cuenta del impuesto a las ganancias. Es decir que el impacto final en sus bolsillos es sensiblemente menor. Los terratenientes y capitalistas agrarios alegan que la tierra debe abonar por su productividad, no por el valor comercial de la hectárea de tierra, pero es claro que ese valor es un reflejo de la renta agraria de la explotación económica.


La reciente crisis político-fiscal es un aperitivo de lo que promete el menú, que no es otra cosa que nuevos impuestazos y tarifazos, y una mayor desvalorización del salario, además de intentar mayores endeudamientos a nivel local e internacional. La provincia de Buenos Aires enfrenta un déficit que puede estirarse hasta 19 mil millones de pesos, si tomamos en cuenta los vencimientos de deuda.