Políticas

3/10/1998|599

Se calienta la situación

La provincia se encuentra envuelta en una oleada de paros, marchas de empleados públicos, docentes y cortes de rutas de municipales para reclamar el pago de los salarios de julio.


El gobierno sostiene que el ahogo financiero es un problema transitorio, y que cuenta con la llegada de fondos del Banco Mundial y con la autorización legislativa para refinanciar 81 millones de la deuda pública. El problema es que el Banco Mundial puso como condición que se solucionara el conflicto del agua con el pulpo francés, que aún está pendiente, y que se aplicara un plan de racionalización para despedir a 3.000 empleados, reconvertir a 12 hospitales públicos en hospitales de autogestión y profundizar la aplicación de la Ley Federal de Educación. Estas medidas, anunciadas a principios de año, no han podido avanzar. Los grandes bancos han señalado que dejarán de financiar al gobierno si no lo hace.


La crisis mundial


En los dos primeros años del gobierno de Bussi, se batieron todos los récords de producción, exportación de citrus y azúcar. Los beneficios fueron a parar integralmente a los bolsillos de los oligarcas. La crisis mundial revierte ahora la situación. La cámara patronal citrícola ha señalado que las exportaciones de limón han mermado un 40%. A su vez, la crisis rusa va a tener un impacto sobre los precios mundiales del azúcar, ya que Rusia compraba 2 millones de toneladas de azúcar a Brasil. En el mercado interno argentino, el precio ha caído un 20% en relación a la zafra pasada debido a la sobreoferta azucarera. Grandes centros fabriles, como es el caso de Alpargatas, están en una virtual situación de quiebra.


La salida


El PJ y la Alianza están actuando para que Bussi no se derrumbe. Desde la UCR están promoviendo un proyecto para mantener la circulación de los bonos que emite el gobierno para saldar deudas. Ya le facilitaron una ley de carácter privatista para negociar una salida a la crisis del agua. El PO plantea que los sindicatos rompan con el gobierno y las patronales y voten un plan de lucha para imponer el reparto de las horas de trabajo, un seguro de 500 pesos para todos los desocupados, la reestatización del agua bajo control obrero, el pago puntual y efectivo de un salario mínimo que cubra la canasta familiar, la defensa del hospital y la educación públicas gratuitas, un impuesto a los beneficios de los barones del citrus, la confiscación de la industria azucarera y su funcionamiento bajo control obrero; el desconocimiento de la deuda pública usuraria. Sólo con estas medidas se podrá abrir una salida a la catástrofe social.