Políticas

19/5/2021

Se necesitan $63 mil por mes para no ser pobre

Sube todo menos los salarios: una receta para que siga creciendo la pobreza.

Con la publicación de los datos del Indec la Canasta Básica Total (CBT) se ubicó, para el mes de abril, en unos $62.958 y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en $26.677, contra un salario mínimo de $23.544. Con estos números se agrava el ajuste sobre la población trabajadora y se anticipa un nuevo salto en los niveles de pobreza e indigencia.

El aumento de la CBT, que sirve de horizonte para considerar si una familia se encuentra en la pobreza, fue del 3,4% y ya acumula un 47,8% en los últimos doce meses. Mientras que la CBA, que mide el umbral de la indigencia, creció un 3,9% y ya lleva un 49,1% interanual.

Estos números alarmantes destruyen cualquier pretensión de montar un relato respecto a una supuesta “recuperación económica” o defensa del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables.

Para graficar este fenómeno, el salario mínimo –recientemente “aumentado”- sigue por debajo de ambas canastas. El 9% aumentado en abril, unos $1.944, fue totalmente anulado por la suba de $2.081 en la canasta de pobreza. En términos interanuales, el salario corre detrás de la inflación (46,3%) y las canastas, con un 39%, destacando que previamente habría carecido de actualizaciones durante varios meses.

Los salarios no alcanzan

Un dato de la magnitud de esta cuestión es que una familia con dos salarios mínimos, totalizando un ingreso de $47.088, solo alcanzaría el 75% de una Canasta Básica Total, siendo considerados pobres la totalidad de sus integrantes.

No se trata de un dato menor. Estimaciones privadas consideran que el promedio histórico de trabajadores ocupados pobres se ubica alrededor del 20%, pero que en la actualidad la cifra asciende a un promedio del 30%. No basta con tener trabajo para salir de la pobreza.

Esto implica que la mayoría de los analistas y observatorios sociales considere que el dato del 42% de la pobreza, obtenido con los números del segundo semestre del 2020, se encuentra totalmente desactualizado y que ya asistimos a un 45% de pobres, solo teniendo en cuenta la tendencia del último cuatrimestre del 2020. Y se espera que esta cifra crezca más.

Un relevamiento de la consultora Focus Market arroja que el salario mínimo de la Argentina, medido en dólares (151 dólares, según tipo de cambio real), es el segundo más bajo de la región, detrás de Venezuela.

El régimen el FMI

Esta situación no es aleatoria, sino el resultado de una política concreta, de devaluación, liberación de precios y tarifas, dolarización de la economía y anclaje de los salarios e ingresos populares.

Los recortes en las políticas para los trabajadores desocupados y los sucesivos ataques al salario, con paritarias a la baja, techos salariales, despidos y la proliferación del trabajo informal, son solo una cara de las medidas económicas –emisión para financiar los negocios de la banca, subsidios a las patronales, garantías al capital financiero, liberación y descontrol de precios y exportaciones- que este gobierno impulsa para satisfacer al FMI y sus socios.

El resultado más claro de esta política es un crecimiento exponencial de la pobreza bajo el  gobierno de Alberto Fernández.

Revertir este cuadro implica dar un giro de 180 grados en la política social y económica del país, estableciendo que ningún salario, programa o prestación pueda ubicarse por debajo de la canasta básica, junto a paritarias libres y con cláusula contra la inflación para cubrir la canasta familiar. A esto debe sumársele la apertura de los libros de las empresas de la alimentación y de productos de consumo masivo y el control obrero de toda la cadena de valor, así como la nacionalización del comercio exterior. Un programa que va de la mano del no pago de la deuda externa y el rechazo al FMI y sus políticas de ajuste.

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