Políticas

27/3/2023

Sequía: el gobierno anunciará nuevos beneficios para los capitalistas mientras los precios de los alimentos se disparan

Como contrapartida, ataca los ingresos populares.

Los alimentos lideran la escalada inflacionaria.

La superinflación en alimentos, como ya hemos señalado, demuestra que las consecuencias de la sequía las pagamos principalmente los trabajadores. En cambio, el gobierno buscar resarcir únicamente al capital agrario, concediéndole incentivos que subirán aún más los precios en el mercado interno.

La falta de lluvias fue uno de los factores que estuvo detrás de las subas pronunciadas en varios alimentos básicos. Entre febrero 2022 y febrero 2023, algunos rubros tuvieron una inflación que superó el índice general. Ese fue el caso de las frutas (150%), los lácteos y huevos (117,7%) y el pan y cereales (111%), configurando un duro golpe al bolsillo popular. El gobierno, en lugar de recomponer los ingresos de la población para poder hacer frente a estos aumentos, se encarga de erosionarlos promoviendo un tope salarial a la baja, hundiendo en la indigencia a la jubilación y al salario mínimo y ajustando en asistencia social, al punto de recortar 100 mil planes Potenciar Trabajo. Todo para complacer al FMI y a las patronales, a costa de las mayorías.

En contraste, el oficialismo sí tomó medidas para paliar los daños de la sequía sobre los capitalistas del campo. A los productores vitivinícolas les otorgó beneficios cambiaros a la hora de liquidar las exportaciones, sumado a una batería de estímulos, cuando los aumentos en el rubro fueron siderales -las bebidas alcóholicas tuvieron una inflación interanual del 136%. Los productores ganaderos, por su parte, podrán acceder a subsidios por hasta el 40% del alimento necesario para la terminación de los animales en feedlot. Ahora, Massa anunciará el próximo fin de semana un “nuevo programa de incentivos a las exportaciones del agro y las economías regionales” (Ámbito, 27/3). El ministro, a su vez, declaró en una entrevista radial que su cartera trabaja “en un sistema de simplificación de los tipos de cambio”, ergo, subir el precio del dólar oficial para dejar de perder reservas en busca de contener las cotizaciones financieras. Esta mayor devaluación, a su turno, vendría a canalizar uno de los principales reclamos del agro.

El objetivo central de todas estas prebendas a los pulpos agroexportadores es favorecer la acumulación de divisas para el repago al FMI. Ahora bien, dichas concesiones recalentarán aún más los precios de los alimentos en las góndolas locales, ya que el sector bucará replicar en el mercado interno los mismos beneficios que obtiene por sus ventas al exterior. Como vemos, el conjunto de las medidas oficiales son lecivas para la mesa de los argentinos, mostrando a todas luces el carácter hambrador del peronismo en el gobierno. Una orientación compartida con Cristina Kirchner, ya que no se la ha escuchado criticar ninguna de las iniciativas impulsadas por Massa.

Así las cosas, acceder al plato de comida diario queda en manos de la lucha obera y popular, por trabajo genuino, alimentos para los comedores comunitarios, salario mínimo igual a la canasta familiar y aumentos salariales indexados a la inflación. Desde la izquierda debemos destinar todos nuestros esfuerzos en impulsarla y llevarla al triunfo.

 

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