“La foto de la cárcel en El Salvador es música para mis oídos”. En estos términos, y a veinte días de un nuevo aniversario del 24 de marzo, Sergio Berni alabó la megacárcel construida por Nayib Bukele donde se hacinan decenas de miles de presos sin patios de recreo, colchones, ni visitas, y con la obligación extra de pagarse la comida a precios exorbitantes si quieren comer. El Centro de Confinamiento del Terrorismo ( Cecot) se levantó en tiempo record para confinar a unos 40.000 presos en una aislada zona rural y es patrocinada como la cárcel más grande de América Latina. Por los decretos de emergencia está prohibida la difusión pública de lo que ocurra muros electrificados adentro del megapenal.

Megafachos

Sergio Berni, el ministro estrella de Kicillof, se mostró exultante con el modelo Bukele y en un nuevo rapto de megalomanía derechista aseguró que el presidente de El Salvador le había copiado la idea que tenía en la cabeza. Doblando la apuesta, el “Patricio” Bullrich del kirchnerismo asegura tener pensado y estudiado el lugar donde debería construirse la supercárcel argentina. Bajo el ala del “soviético” Kicillof, el represor de Guernica se metió de lleno en la campaña reeleccionista del gobernador como campeón de la mano dura, del endurecimiento del Código Penal que ya elevó la perpetua con accesorias a 50 años de detención, y del agravamiento del infierno carcelario donde los presos son carne de delito de la Bonaerense.

Berni no es el único en alabar al bolsonaro salvadoreño -quien construyó la megacárcel infame después de fracasar en el pacto que tenía con las pandillas criminales y las maras salvatruchas. Detrás de la campaña de Nayib Bukele y del inhumano sistema carcelario hay una disputa por los negocios mafiosos. En la provincia de Buenos Aires también las disputas por el usufructo y control del delito se dirime a tiro limpio entre las distintas facciones de la maldita policía. A la par de Berni, Fernando Burlando pidió aplicar el modelo represivo y carcelario de Nayib Bukele en Rosario, claro está con la cabeza puesta en su candidatura a la gobernación bonaerense.

El exdefensor de la banda que asesinó a José Luis Cabezas y hombre ligado a las cúpulas policiales se candidatea con el sello del Movimiento de Integración Federal (MIF) y negocia el apoyo de los “libertarios”. Tratándose de Fernando Burlando, el final de su candidatura queda abierta para quien lo conchabe.

Otro entusiasta con Bukele y sus “recetas” es un funcionario del Frente de Todos y dirigente del Movimiento de Unidad Popular, Federico Martelli, quien supo ser precandidato a intendente en las Paso del Frente de Todos en La Plata. El susodicho pasó de militante anarquista a funcionario del “Estado presente” peronista, y ahora a identificarse con Nayib Bukele y su modelo para “combatir la inseguridad”. El tránsfuga pequeñoburgués y arribista es un modelo sí, pero de la derechización del kirchnerismo.

La irrupción de Berni en campaña electoral como exégeta nativo de Bukele pinta de cuerpo entero a La Cámpora de Máximo Kirchner que apoya la reelección del gobernador, y por derivación del ministro cuartelero. El intento de copamiento camporista de la marcha del 24 de marzo es reaccionario por donde se lo mire. Berni no habría podido sostenerse sin la banca incondicional de Axel Kicillof y del apoyo de las burocracias sindicales kirchneristas que rechazan el “Fuera Berni” con el miserable argumento de que echarlo debilita al gobernador amigo y es “funcional a la derecha”. La agitación por el Fuera Berni es privativa del Partido Obrero y del Frente de Izquierda Unidad.

Fuera Berni y los políticos capitalistas

En su próximo discurso ante la Asamblea Legislativa, el “Kici” debería rendir cuentas por el hacinamiento y las bárbaras condiciones de detención en las cárceles de la provincia. A enero del 2023, la población carcelaria en la provincia de Buenos Aires ascendía a 52.000 internos -un 4% más que en diciembre pasado y, de éstos, el 51% carece de sentencia firme o se encuentra bajo la modalidad de prisión preventiva en el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). El infierno carcelario se traslada a las superpobladas comisarías donde se producen todo tipo de vejámenes a los detenidos. Sólo los grandes capos del delito pueden pagarse los honorarios millonarios que cobra el mediático e inescrupuloso Fernando Burlando y las coimas y retornos al SPB y la Bonaerense que gatillan las grande bandas asociadas a la policía para seguir dirigiendo sus negocios desde adentro de las cárceles.

Es el gobierno del Frente de Todos el que le da letra y fogonea a la derecha que pide la militarización de los barrios, una voz de orden que Berni llevó adelante ocupando y cercando los barrios populares en plena pandemia y que sigue ejecutando con la persecución policial a la juventud de las barriadas. El ministro de “Seguridad” bonaerense ha dicho mil veces que coincide con Patricia Bullrich en la baja de la edad de imputabilidad para los menores y es un sostén de la doctrina Chocobar de gatillo fácil. Con “Bukele” Berni sigue la impunidad y la violencia estatal.

La movilización del 24 de marzo, a 47 años del golpe genocida y por Memoria, Verdad y Justicia, debe ganar la calle contra los represores de ayer y hoy, que actúan por fuera y por dentro del gobierno peronista. Repudiamos la provocación de Berni y luchamos para que se vaya con la movilización popular.

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