Políticas

22/5/2020

“Servidores públicos”: Larreta saca a la calle compulsivamente a trabajadores

De manera improvisada, marketinera y con la finalidad encubierta de liquidar la cuarentena, el jefe de gobierno expone a los trabajadores de áreas no esenciales.

A través de una resolución, el jefe de gobierno Larreta dispuso que todos los trabajadores del gobierno de Caba (Gcba) que no se encuentren realizando tareas esenciales pasen a formar parte de un programa de “Servidores públicos en apoyo a las acciones de concientización, distanciamiento social y cercanía a los ciudadanos”. Hoy, la enorme mayoría de los municipales cumple tareas de forma remota.


La medida alcanza a todos los trabajadores, cualquiera sea su situación de revista y vínculo contractual, por lo tanto, además del personal de planta, afecta especialmente a los 18 mil contratados a través de modalidades precarias como monotributo o asistencia técnica.


La improvisación del gobierno es total: no se detallan la cantidad de trabajadores que se requiere para estas tareas “de apoyo” que tampoco se precisan y por lo tanto tampoco se sabe qué formación deben tener los trabajadores para llevarlas adelante de forma eficaz y segura.


En el artículo 8 deja en claro que no se percibirá ningún aumento de salario, ni incentivos por las nuevas tareas.


Si tenemos en cuenta el crecimiento exponencial de los contagios en las villas -que superan los 1.500 casos confirmados- y en los centros de salud -donde ya hay más de 400 trabajadores contagiados- debido a la falta de protocolos claros, de elementos de higiene básicos como agua y jabón y de equipos de protección personal (barbijos, guantes y otros), la preocupación no podría ser mayor.


Revientan la cuarentena


Mientras la curva de contagios crece y bajó el tiempo de duplicación de casos en la Ciudad de 25 a 15 días, Larreta dispuso la apertura generalizada de comercios. Hoy el movimiento del tránsito y el transporte público se acerca cada día más al volumen pre cuarentena.


Siendo que el pico de la pandemia se espera para junio, según el propio ministro de salud porteño, es claro que la apertura no obedece a motivos sanitarios sino a las presiones de los sectores capitalistas que buscan forzar la vuelta al trabajo.


Estos dos meses tampoco fueron aprovechados para reforzar adecuadamente el sistema hospitalario ni para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la salud.


En congruencia con esta política criminal, Larreta saca a los trabajadores del Gcba a la calle para apoyar un “distanciamiento social” que se vulnera por el mismo desmantelamiento de la cuarentena. Un marketing perverso que expondrá a más trabajadores.


Estas medidas tienen el aval explícito del presidente Fernández y del gobernador camporista Kicillof que hacen gala de la gestión conjunta de la crisis mientras encubren la grave situación en las villas y hospitales, subsidian a los grandes grupos capitalistas y van cediendo a sus reclamos de una mayor apertura.


En la misma línea, Sutecba (sindicato de trabajadores del gobierno de la Ciudad) sacó un comunicado apoyando la medida de Larreta. En el colmo del cinismo el título del comunicado es “solidaridad de los municipales”. Una vez más entregan a los trabajadores en bandeja a las arbitrariedades de los funcionarios que podrán mover a los empleados a su antojo. Seguramente no será a los popes gremiales a quienes veremos en la puerta de hospitales o recorriendo villas, sino a los precarizados a los que el sindicato ni siquiera afilia.


Para los trabajadores, más ajuste, para los empresarios, más beneficios


Larreta aborda la crisis con los métodos que le son propios: congeló los salarios y la planta, no otorgó ninguna reivindicación a las enfermeras ni a les residentes y concurrentes, no mejoró la infraestructura hospitalaria y recortó recursos al instituto de la vivienda, encargado de urbanizar las villas a las que al día de hoy les falta el agua.


La crisis no la deben pagar los trabajadores. Los recursos para atender la pandemia deben obtenerse frenando la sangría de las compras con sobreprecios y contrataciones de familiares y amigos que se hacen un “veranito” en medio de la pandemia, terminando con el pago de una deuda externa fraudulenta, cancelando los beneficios impositivos a las Iglesias y con mayores impuestos a los grandes capitalistas que tienen sus sedes en la Ciudad: bancos, grandes industrias y especuladores inmobiliarios.


Los trabajadores debemos enfrentar este nuevo atropello. Detrás del intento de barnizar de heroísmo a los trabajadores de la salud y ahora apelar a la entrega y solidaridad de los “servidores públicos”, tenemos trabajadores con salarios por debajo de la línea de pobreza o precarizados. La solidaridad y entrega de los trabajadores debe servir a una lucha de conjunto de la clase obrera para defender la salud y el trabajo, nunca para encubrir a los explotadores, sus gobiernos y la burocracia de los sindicatos.


Planteamos la necesidad de realizar asambleas en todos los lugares de trabajo, aprovechando las herramientas que permiten hacerlas de manera virtual en donde no hay asistencia. Desarrollemos un programa para enfrentar la pandemia: no al cambio de tareas improvisado y compulsivo. Para cubrir las necesidades, que se abra un llamado público y voluntario a los municipales con un detalle de las tareas a cumplir. Bono de 20.000 pesos para todos los trabajadores afectados a la atención de la pandemia para que ninguno quede por debajo de la canasta familiar. Pase a planta permanente de los 18.000 precarizados. Protocolos frente al Covid-19 en todas las reparticiones y provisión de equipos de protección personal. Comités de seguridad e higiene compuestos por trabajadores electos en asambleas para controlar el cumplimiento de protocolos y de abastecimiento de EPP con poder de retención de tareas. Actualización salarial mensual según el índice de inflación para todos los trabajadores.