Políticas

3/11/2016|1435

Shopping Caballito: quién le pone el cascabel a Irsa

Ni megashopping ni resarcimiento. Vamos por un parque público


El conflicto por la posible construcción de un megashopping en Caballito, en las tierras linderas al Club Ferro, ya ha tomado el volumen de una crisis política. Por quinta vez en los últimos años, el macrismo va a la carga por el cambio de zonificación de ese predio, lo que le permitiría al grupo empresario Irsa construir un gran centro comercial. 


 


El proyecto agravaría hasta lo indecible el cuadro de saturación urbana y colapso de servicios que caracteriza hoy a Caballito. En oposición a Irsa, las organizaciones del barrio han presentado un proyecto para desarrollar un parque público en las actuales tierras ferroviarias. La iniciativa plantea la expropiación de estos terrenos, que Irsa adquirió en 1998. 


 


El macrismo alega que, de llevarse adelante esa expropiación, el Estado debería resarcir a Irsa con una suma millonaria. De un modo general, la oposición admite esa jugosa compensación, pero la justifica en función de ganar un espacio verde en la Ciudad. 


 


La pregunta es: ¿corresponde resarcir millonariamente a Irsa? La compra de estas tierras por parte de este grupo empresario al club Ferro está plagada de irregularidades. En 1981, Ferrocarriles Argentinos se las había vendido al club para que fueran destinadas exclusivamente a para prácticas deportivas. Las tierras estaban catalogadas como de “urbanización futura”, o sea, con uso a definir. 


 


Una década después, Irsa se las compró a Ferro apostando a reunir en la Legislatura los votos necesarios en favor de una “rezonificación”. Desde ese momento, hasta la posterior transferencia a Irsa, no se tiene registro de cambio de uso alguno. Sin embargo, y de un modo que nadie ha esclarecido, hoy las tierras aparecen catalogadas como de uso “residencial”, admitiendo construcciones civiles aunque no un megacentro comercial. 


 


Puede concluirse, entonces, que el grupo empresario sólo compró una apuesta. Por eso, pagó muy poco por un terreno cuya ‘puesta en valor’ sólo podría alcanzarse con una rezonificación posterior. Pero a la luz de la intensa oposición popular al megashopping, lo que corresponde decirle ahora a IRSA es que la “apuesta” la ha perdido. 


La Legislatura debe “rezonificar”, sí, pero a favor del uso de estas tierras como parque público. Y luego, ‘compensar’ a Irsa, según el valor inmobiliario de estas tierras cuando fueron enajenadas -o sea, cero. 


 


Planteamos, entonces, una expropiación sin resarcimiento alguno en favor de un grupo empresario que esperaba valorizar su capital con la varita mágica de una sanción legislativa. Razones no le faltaban, puesto que este tipo de “rezonificaciones” han signado los pactos políticos entre los partidos que dominan o dominaron la Legislatura. 


 


Rechazamos el megashopping de Irsa; alertamos también respecto de un resarcimiento millonario a Irsa, cuya apropiación de los terrenos ferroviarios ha sido manifiestamente irregular. Vamos por un parque público en Caballito; ni un peso a Irsa, comisión investigadora de las cesiones de las tierras ferroviarias en los últimos treinta años. Ese es nuestro planteo.