El pasado martes 25 de octubre el Comité Nacional del Partido Obrero envió sendas cartas del mismo tenor al Comité Central del PC y al Comité Nacional del Mas, instándolos a superarlos obstáculos políticos que han impedido concretar hasta ahora un verdadero Frente de Izquierda y que han transformado a la flamante Izquierda Unida en una coalición comprometida a votar por la fórmula del Partido Justicialista, encabezada por el doctor Carlos Saúl Menem, en el caso de vislumbrarse una impasse en el Colegio Electoral.

La carta del PO denuncia que, a pesar de las numerosas reuniones bilaterales que tuvieron lugar entre el PO, y el PC y el Mas, separadamente, estas dos últimas organizaciones no admitieron en ningún momento la posibilidad de reuniones conjuntas para discutir el programa y las características del frente que esas organizaciones estaban debatiendo. La carta del PO denuncia que se ha repetido, en esta instancia, el mismo procedimiento empleado por el Mas y el PC en 1985. El Partido Obrero rechaza el hecho consumado de la proclamación de la I.U. y la afirmación de ésta de que se encuentra abierta a la incorporación de otras organizaciones que “consientan" con su programa, en el cual se impidió la participación del PO. Este ultimátum se aplica también al conjunto de las bases de la izquierda y del movimiento obrero, a las que se le presenta un programa en términos de “tómelo o déjelo". El Partido Obrero plantea la discusión sin condiciones del programa y de la modalidad organizativa de un frente de los partidos de izquierda.

La carta del Partido Obrero señala también la existencia de una orientación política en favor del voto a Menem y da como prueba de ello tres elementos:

1) Los editoriales del periódico "Qué Pasa” (395 y 396), donde se privilegia la candidatura justicialista y se plantea “luchar” para que “Menem cumpla con sus promesas", contrariando las afirmaciones del programa de la I.U. que denuncia a los “partidos del régimen";

2) El silencio total del PC y del Mas, en la conferencia de prensa del lunes 24 pasado, respecto a la política de ésta en el Colegio Electoral, lo cual contrasta con las posiciones fijadas por otros partidos y con la actualidad que ha cobrado esta cuestión.

3) La existencia de un acta no revelada oficialmente, pero cuya lectura se permitió a los delegados del PO en las mencionadas reuniones bilaterales, uno de cuyos párrafos dice: “en caso de que circunstancias políticas particulares plantearan la necesidad de rediscutir esta postura (nota: de votar por la IU en el Colegio electoral) I.U. analizará en concreto esta situación para determinar su posición”. Esta aparente fórmula de compromiso no hace más que plantear la posibilidad del voto a Menem, planteada por el PC en las reuniones con el P.O., en el caso de que Menem los necesite para lograrla mayoría en el Colegio. La carta del PO señala que esto convierte a la IU en la "segunda lista peronista" y de ningún modo “en la cuarta fuerza electoral”, como pretenden el PC y el Mas, y muchos menos en la “única alternativa a los partidos del sistema”. La carta del PO señala que Menem representa a los “capitanes de la industria”, a los herederos del lopezreguismo, a la amnistía, al arbitraje obligatorio en materia sindical, a las zonas francas bancarias, al clero reaccionario, es decir que es una candidatura derechista.

El PO reclama el “debate franco” que I.U. ofreció en su conferencia de prensa, pero sin condiciones ni exclusiones, e insiste que, con el voto a Menem, IU deja de ser una coalición electoral independiente y niega lo que su programa tiene de positivo. Parafraseando un slogan del Mas, la carta dice que en estas condiciones “si usted vota por Vicente o Zamora, le saldrá un Menem”.