Políticas

4/9/2021

Si votás al Frente de Todos te privatizan al Astillero Río Santiago

Kicillof y Mario Secco al servicio del capital y los bonistas.​

El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, reconoció que es el gobierno de Kicillof el que está detrás de la reconversión​ del Astillero Río Santiago​ (ARS) y la “Sociedad de Estado” ​para hacer de la planta productora de buques una​ ​fábrica con “perfil” metalmecánica.

Sin medias tintas, contó en un reportaje que​ ​el gobierno provincial​ se reunió con los dirigentes sindicales y les pidió que “conversen a los muchachos” y redacten un proyecto de ley para llevarlo a la Legislatura. El kicillofista Costa puso en evidencia que la burocracia de ATE es simplemente una escribanía del Ejecutivo provincial y que sigue el libreto privatizador de Kicillof.

Como hemos señalado en Prensa Obrera, el pasaje del ARS de​ empresa estatal a Sociedad de Estado es una avanzada privatista y de mayor injerencia del capital privado. Poco después de haber asumido la presidencia del astillero, el exburócrata derrotado del sindicato del neumático​ y funcionario de la CTA Yasky, Pedro Wasiejko, declaraba que la salida a la crisis y parálisis crónica de la fábrica pasaba por su transformación en una sociedad anónima que cotice en bolsa. Frente a la polvareda que levantó Wasiejko, la conducción de ATE Ensenada y su ladero servil, el PCR, aconsejaron la figura de “Sociedad de Estado” que también se rige por la ley de sociedades anónimas.

La Sociedad de Estado es no sólo una política de disimulo de la ofensiva privatizadora​ sino también un​ paso hacia la liquidación del astillero, eliminando la competencia estatal con los armadores privados. Cuando era presidente, Mauricio Macri​ hizo público​ que quería cerrar el Astillero Río Santiago por “ineficiente”, dinamitarlo en sus palabras. En la misma línea, la exgobernadora María Eugenia Vidal saboteaba financieramente a la empresa estatal​ y ​ la privaba​ de insumos y contratos.

Con el macrismo y más tarde con el gobierno de Alberto Fernández este operativo de vaciamiento continuó derivando los contratos para la fabricación de buques a astilleros privados. El “perfil metalmecánico” se parece mucho al taller de reparaciones navales, con una dotación mucho menor de personal, que es un viejo proyecto de todos los liquidadores y privatizadores del ARS.

​Kicillof y Secco privatistas

La reconversión del Astillero Río Santiago tiene también como puntal visible al intendente de Ensenada, Mario Secco, un incondicional de Cristina y modelo de kirchnerismo para los nacionales y populares. Fue el jefe comunal ensenadense el encargado de rosquear con la conducción burocrática de ATE Ensenada​ para avanzar con la “transformación”​ del ARS después de haber copado la ​ presidencia de la empresa estatal, primero con Basteiro y luego con Wasiejko, ambos del Frente Grande que preside en la provincia como sello integrado al Frente de Todos.

El rumbo privatista de Mario Secco va más allá del Astillero. Recientemente fue parte de la comitiva que visitó la Central Térmica Barragán, propiedad del magnate y dueño de Pampa Energía, Marcelo Mindlin. El zar de los tarifazos fue beneficiado bajo el macrismo con la privatización de la central y hoy , en un veloz cambio de frente, se asoció al peronismo. La recorrida de campaña electoral unió a Kicillof, a los candidatos Tolosa Paz y Daniel Gollán, al intendente anfitrión y al propio Mindlin como modelo de empresario “nacional” que invierte en el país. El derrotero privatizador de Secco acompaña la política del gobierno provincial de concesiones al capital privado.

Mientras lucraba con el relato de la estatización de la hidrovía, que no pasó de las promesas de un mayor control sobre este negociado millonario en manos de los privados, Kicillof​ daba vía libre,​ y por decreto, a la formación de otro consorcio portuario en el distrito que conduce el radical “Juntista” Gustavo Posse. ​El Consorcio de Gestión​ del Puerto de San Isidro​ es un ente “público” no estatal con plazos prorrogables de funcionamiento y​ encargado de administrar y aplicar las tarifas vigentes hasta que “establezca su respectivo cuadro tarifario específico”. Atrás quedó el verso de​ revisar las​ privatizaciones encubiertas (Consorcios de Gestión ) y la nueva ​Ley de Puertos para poner fin a estos negociados. Otro Vicentín con Kicillof de protagonista.

​Privatización y liquidación​ del Astillero

En rigor, la Cámara de Diputados ya​ aprobó la media sanción de una ley que abre​ las puertas a la Sociedad de Estado para el ARS. Como todas las leyes fundamentales votadas en la Legislatura bonaerense bajo el mandato del cristinista​ Kicillof ,​ también la “Sociedad de Estado”​ contó con el visto bueno y​ la aprobación de la bancada de​ Cambiemos. La ​ misma​ derecha que pedía a gritos ​ ​ cerrar el Astillero​ con​ Vidal y Macri, y​ reprimía la lucha de sus trabajadores, votó con el Frente de Todos el cambio de figura jurídica para el​ Astillero Río Santiago.

Bajo el eufemismo de la​ “agilidad​ administrativa”​ para adquirir ​insumos, máquinas y herramientas, los privatizadores apuran el nuevo formato encuadrado en la ley de sociedades anónimas. No es la “lentitud burocrática” lo que traba al ARS sino el sabotaje permanente de los gobiernos capitalistas a la empresa naviera estatal. La​​ “autonomía”​ de contratación que invocan faculta al astillero a endeudarse por fuera de​ los controles y auditorías del Estado bonaerense,​ y por lo tanto prepara el ​desentendimiento estatal de su financiación en​ el presupuesto provincial.

Si el ARS quiebra, la autonomía y “libertad” de contratación será la excusa para dejarlo librado a su suerte.​ La liquidación del ARS​ es una exigencia de los bonistas y del FMI para reducir el déficit fiscal y pagar la fraudulenta deuda externa. La aceleración de los planes privatistas coincide con el​ cierre del​ canje de deuda que festejan los bonistas buitres.

La “Sociedad de Estado” no tiene un propósito reactivador como lo prueba la ​falta de un ​ plan de producción a la vista: el buque Eva Perón, “botado” por Scioli en el 2012 , sigue amarrado en un canal interno del Astillero mientras el gobierno anuncia por enésima vez su​ finalización “inminente”​ para​ entregarlo a la venezolana PDVSA. El​ “plan productivo” se limita a la reparación y puesta a punto de las dos Licas, las lanchas de entrenamiento para los cadetes de la Marina, y a la​ construcción “en pocos meses” de la compuerta flotante de Puerto Belgrano, que sería fabricada en el ARS.

La burocracia ​de ATE y su guionista, el PCR, promueven la “Sociedad de Estado”​​ con el cuento de​ que ésta le​ permitiría al Astillero “salir”​ de la Zona franca​ que se instituyó después de​ la “provincialización” del ARS con Menem y Duhalde.​ Sin embargo, fue ​ el propio ministro​ Augusto Costa quien dejó en offside a ATE Ensenada cuando desestimó una salida completa de la Zona Franca con salida al puerto para “aprovechar” las ventajas impositivas​ en la compras ​ de​ insumos. Se cayó otra coartada “nacional y popular”.

Racionalización y ataque a los derechos laborales

El ministro de Producción, Costa,​ dice que los trabajadores del astillero seguirán afiliados al Ioma, y es evasivo en lo que respecta a​ las jubilaciones del Instituto de​ Previsión Social​ de la provincia de Buenos Aires (IPS). La afiliación a la obra social del Estado bonaerense (Ioma) sería para la burocracia sindical la confirmación del astillero​ estatal, ​que preserva los​ derechos de los trabajadores. Un​ verso​ encubridor y de bajo vuelo. Ni bien asumió Pedro Wasiejko como presidente​ del Astillero Río Santiago, éste​ declaró que venía a terminar con el ausentismo laboral apuntando directamente​ contra el Convenio Colectivo de Trabajo y las conquistas logradas y defendidas con años de lucha obrera.

Si el astillero, que hoy “funciona” con un tercio y menos de su plantel,​ ​es reconvertido a una empresa metalmecánica, el próximo paso será​ el ajuste de sus 3.200 trabajadores, y el bloqueo a nuevos ingresos, como ocurrió con otras “Sociedades de Estado” asociadas a armadores privados. La propia Escuela del Astillero, proveedora de mano de obra calificada, quedaría en desuso.

El “cambio de figura jurídica”​ ​ya fracasó en el pasado por la resistencia de los trabajadores del ARS. Bajo el primer gobierno kirchnerista,​ y más concretamente durante la gobernación de Felipe Solá, la inmensa mayoría de la fábrica rechazó la Sociedad de Estado​ que impulsaba el entonces presidente del Astillero Río Santiago, Hugo Bilbao. Ante la desconfianza de los trabajadores, de las secciones de fábrica​ y de un activismo que luchó y​ derrotó sin atenuantes esta política privatista​ en tiempos de Néstor Kirchner, la burocracia de​ ATE Ensenada se empeña en que​ este ataque pase sin convocar a una Asamblea General para fraguar un apoyo que no es tal. Pérfidamente invocan la pandemia cuando el propio Kicillof se jacta de la vuelta a la normalidad y​ de “presencialidad plena”.

Los sponsors de la “Sociedad de Estado”​ no se animan a poner la cara frente a la base de la fábrica. Cuentan además con la pasividad​ de​ las fracciones burocráticas y​ ​ kirchneristas que han desertado de toda acción de lucha y organización​ mientras ratifican su apoyo al “compañero Kicillof” y llaman a votar a los privatizadores del Frente de Todos. La decisión de sectores K del ARS de no participar del cuerpo de delegados no fue un acto de rebeldía sino de adaptación al gobierno. Para la burocracia “opositora” Verde y Blanca que lidera Pachuli Ignomiriello, candidato a primer concejal por Randazzo en Ensenada, la borratina equivale a un apoyo explícito a la reforma laboral para el astillero.

En defensa del Astillero

La lucha por la reactivación y defensa del ARS es incompatible con la integración al régimen ajustador y fondomonetarista.

El Partido Obrero participa​ dentro y fuera de la fábrica de todas las acciones y movilizaciones en defensa del ARS​ y por un astillero ciento por ciento estatal, bajo control obrero, en el marco de un plan económico integral de los trabajadores,​ nacionalización sin indemnización de la industria naviera y​ estatización de los puertos.

No hay defensa del​ Astillero Río Santiago sin una​ lucha obrera ​contra el sabotaje capitalista y su personeros políticos. En la campaña electoral la verdadera grieta es entre los privatizadores del Astillero y el​ Frente de Izquierda Unidad.