Side-cracia
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Acabamos de vivir una crisis muy instructiva.
Ahora sabemos con certeza que, como ya ocurriera con Alfonsín, Menem y De la Rúa, nos gobiernan los ‘servicios’.
Incluso, mucho más que en el pasado.
Que detrás de la demagogia democrática, rige la conspiración contra el pueblo.
Beliz se vio obligado a denunciarlo, por venganza, y Kirchner no lo desmintió.
El gran hermano’ nos ‘pincha’ los teléfonos, coimea a quien crea conveniente hacerlo, ejerce la corrupción política.
Monta provocaciones con agentes infiltrados, para poder acusar de violencia a los piqueteros y hasta para ‘hacer la cama’ a sus propios ministros.
Porque la provocación en la Legislatura, la Side la armó para conseguir un cambio de gabinete.
Como consecuencia de la crisis, se va un hombre del Opus Dei y entran dos que vienen a componer con Duhalde y Reutemann.
Los mismos que eran acusados por el gobierno, hace un mes, de desestabilizadores.
La campaña antipiquetera ha revelado su verdadera naturaleza: una cortina de humo para zanjar enfrentamientos de camarillas.
Para reforzar a la instalada en los servicios de inteligencia.
Esos servicios que han sido responsables de encubrir la Amia, los asesinatos de piqueteros, los crímenes del 20 de diciembre, los muertos de Puente Pueyrredón.
Nos gobierna una camarilla.
Ninguna camarilla puede resolver los dramas populares.
Las camarillas se entregan al mejor postor.
Nadie sabe esto mejor que el FMI, el Citibank y el Tesoro norteamericano.