Sin luz y sin agua :La extorsión del tarifazo


El año 2013 terminó con la Ciudad de Buenos Aires –y buena parte del conurbano- transformados en un piquete gigantesco.


 


Miles de vecinos ocuparon sus calles y sus esquinas.


 


Reclaman la luz y el agua que no tienen, desde hace días y semanas.


 


La respuesta de las empresas eléctricas, del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales frente a la crisis es la misma: “no sabe, no contesta”.


 


Semejante desidia contrasta con la rapidez que tienen para arreglar los pagos de deuda pública a los usureros.


 


O perdonarles impuestos a las corporaciones capitalistas.


 


Pero esa indolencia es, sobre todo, una extorsión: “o aceptan un tarifazo, o seguirán sin agua y sin luz”.


 


Es lo que nos dicen todos los días, los voceros de las empresas, del gobierno y también sus opositores.


 


Varios de ellos –como De la Sota o Binner- aplicaron tarifazos de la luz en sus provincias, sin que por ello cesaran los cortes de luz.


 


Otros –como Macri- lo hicieron también en el transporte, como ocurriera con el subte. Pero ¿A dónde irá a parar un tarifazo?


 


Al agujero negro de los actuales privatizadores, que vienen de embolsarse subsidios millonarios durante una década y sin invertir un centavo.


 


Lo mismo vale para una estatización en manos de los K. En ese caso, el gobierno usará el tarifazo para indemnizar a los vaciadores privados, y avanzar en una reprivatización. ¿No es acaso lo que ocurrió con YPF?


 


Anticipando ese rumbo, los K nos acaban de regalar otro tarifazo: el del transporte colectivo.


 


En oposición a este caos premeditado, el Partido Obrero y el Frente de Izquierda han planteado un programa para la intervención popular en el colapso eléctrico:


 


• Comités de emergencia, con representantes legislativos, de trabajadores y vecinos afectados.


 


• Constitución inmediata de nuevas cuadrillas para atender las demandas de la población, empadronando a operarios y técnicos electricistas.


 


• Provisión de generadores y complejos habitacionales, con costos a cargo del Estado y de las empresas.


 


• Impuestos extraordinarios al gran capital, para financiar los recursos necesarios para la emergencia.


 


• Ningún tarifazo: abrir las cuentas y costos del servicio eléctrico, investigando los desfalcos económicos de los privatizadores. Nacionalización integral de la industria energética y electrica, bajo control obrero.


 


Impulsemos asambleas en todos los barrios para que la crisis la paguen los privatizadores y sus gobiernos.