Soledad Sosa: “La lucha de la mujer se gana si gana la clase obrera”
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Quiero saludar a toda la militancia del Frente de Izquierda, en particular a las delegaciones del interior, que han recorrido cientos de kilómetros para que hoy colmemos este estadio.
No quiero dejar de hacer dos menciones: una, es traerles el saludo de la fracción clasista de la directiva de ATE Mendoza, que está dando una dura batalla política contra la burocratización del gremio más importante de mi provincia, siguiendo los pasos del victorioso Sutna clasista; el otro, un abrazo enorme a los familiares del compañero Franco Martínez y a todos los que militaron con él. Sé de sus esfuerzos por levantar la regional del Partido Obrero en la provincia de La Pampa y hoy no lo tenemos aquí por un trágico accidente. Desde aquí, hasta la victoria siempre, compañero Franco.
Este año, nuestro país se ha visto sacudido por masivas movilizaciones de mujeres contra los femicidios. En Rosario, 70 mil mujeres nos encontramos para deliberar, pero principalmente para luchar. Y para nada esta masividad es una particularidad, somos el eslabón más fino de esta sociedad, cada 30 horas, si no menos, estamos siendo víctimas de los femicidios. Pero esta movilización de mujeres, compañeros, es política: ha sido contra un régimen que se opone a liberar a la mujer de la servidumbre doméstica, que se opone a la posibilidad de la crianza social de los hijos, con desocupación, con salarios de hambre, negándonos los jardines infantiles en los lugares de trabajo, en los barrios, en las universidades; con un Congreso que ha sido hostil a las principales demandas del pueblo trabajador.
En la crisis de 2002, la mujer piquetera mostró lo irremplazables que somos en la lucha por la revolución social y también mostró el método de la independencia de la mujer trabajadora, hermanando a toda la clase trabajadora para ser consecuente con la lucha de clases.
El macrismo -Cornejo en mi provincia- y todos los gobernadores han acordado presupuestos que priorizan el pago de deuda externa y el rescate de los empresarios a costa de los despidos, de las paritarias a la baja, de salarios de hambre, de tarifazos, y en los presupuestos han destinado una partida miserable para proteger a víctimas de violencia hacia la mujer. Para este régimen social la vida de las mujeres no tiene ningún valor. Contra esta realidad nos hemos levantado en todo el mundo. El Ni Una Menos, que comenzó en México y atravesó a todos los países de nuestro continente, se mostró de manera radicalizada en Polonia, donde las mujeres le declararon la huelga general a un gobierno clerical para arrancarle el aborto legal.
Y acá también, compañeros, fuimos a un paro nacional. El femicidio brutal de Lucía fue el detonante, en una ciudad gobernada por un fascista, donde proliferan las redes de prostitución que no vacilan en cometer numerosos crímenes. La trata de personas se ha convertido en el tercer negocio mundial y es indudable que para ello se necesita de la protección estatal, de sus servicios de inteligencia y de la policía.
La “paridad” de las carreristas
Compañeras, compañeros: nuestro programa no es la paridad de género para el directorio de las corporaciones, para la Justicia corrupta, para el Parlamento de las dietas de 200 mil pesos al servicio de la explotación capitalista. No podemos ser furgón de cola de los partidos que se han opuesto al aborto legal. No podemos debatirnos detrás de Trump o Hillary, detrás de Rousseff, detrás de Merkel. La emancipación femenina pasa por abatir a todos estos Estados e inaugurar una sociedad socialista en todo el mundo, codo a codo hombres y mujeres de la clase obrera. El Miércoles Negro fue una rebelión popular porque cuando una compañera decide hacer lo que no hace la CGT por el salario y contra los despidos, está diciendo que para ganar hay que afectar la producción capitalista, hay que atacar las relaciones sociales de producción. Por lo tanto, compañeros, esta lucha contra la violencia hacia las mujeres en nuestro país está avanzando hacia la idea de que es una lucha que se gana si gana la clase obrera.
El planteo de que nuestras demandas pueden avanzar bajo el capitalismo es un planteo muy antiguo, de un feminismo adverso al gobierno obrero y socialista. Somos críticos con esta posición, y desde acá les digo que tenemos que esforzarnos aún más por ganar a todas las mujeres que están dispuestas a atacar de raíz a este régimen social que nos violenta, dando una lucha política, codo a codo, con los hombres por un gobierno obrero y socialista en todo el mundo.
Yo vengo de una familia que trabajó en las fincas, levantando la cosecha del vino de unos pocos, de abuelos y padres ferroviarios, y ése es el interés social que defiendo militando en la izquierda y en el Partido Obrero, y por eso, como diputada, cobro una canasta familiar.
Hace muy poco, ustedes escucharon a la diputada bodeguera mendocina, Susana Balbo, del PRO, decir que tiene que cobrar como una empresaria, cuando las obreras y los obreros de las viñas no llegan ni en la mejor vendimia a 12 mil pesos ¿Quién va adefender la vida de esos trabajadores? ¿Lo van a hacer las mujeres del PRO? ¡Para nada! ¡Lo tenemos que hacer las mujeres del Frente de Izquierda!
Las tareas
Crece el Ni Una Menos, crece la denuncia por las responsabilidades estatales de los femicidios, crece la lucha por el aborto legal, por primera vez fuimos mayoría en el cierre del Encuentro Nacional de Mujeres, ganando que la próxima sede sea la Capital Federal ¿Por qué queremos eso? Porque es al centro del poder político donde tenemos que llegar centenares de miles de mujeres para arrancarle al gobierno nacional todas nuestras demandas. Hay muchas organizaciones sociales que se han llenado la boca hablando de machismo y de patriarcado, pero han armado un frente con el Vaticano para evitar cualquier rebelión popular. Y a ese frente clerical contra la mujer tenemos que oponerle un Frente de Izquierda poderoso y un plan de lucha por el aborto legal.
Compañeras y compañeros: más que nunca, la lucha por la liberación de la mujer no es una lucha de sexo contra sexo, es una lucha de clases para liberar a toda la humanidad. Los convoco a todos, a todas, a organizarnos, a sumarse a la militancia, a levantar un comité, un local, una regional, en todos los rincones de este país, para que el Frente de Izquierda delibere y para postular a la clase obrera como una alternativa de gobierno, por un gobierno obrero y socialista.
¡Adelante, compañeros!
Foto: Sebastian Baracco