Políticas

20/11/1997|565

Sólo los trabajadores pueden dar una salida a la crisis

¿Queda alguna duda de que los capitalistas han ‘cerrado filas’ en torno a la decisión de descargar su crisis sobre los trabajadores?


El gobierno se apresta a firmar el compromiso ante el FMI de aumentar los impuestos y recortar los magros gastos sociales.


En el encuentro empresario que acaba de realizarse en Bariloche, los jefes de los grupos económicos ‘reglamentaron’ este acuerdo: no quieren impuestos sobre sus patrimonios, sus beneficios o la especulación bursátil, sólo aceptan la generalización del IVA, que debe pagar la inmensa mayoría de los trabajadores y que significa, por ejemplo, el aumento del boleto de transporte.


Exigieron, además, la reforma laboral, que liquida las indemnizaciones y los convenios colectivos.


Las patronales automotrices ya han anunciado suspensiones masivas en diciembre, pagando el 75% de los salarios de hambre.


La Alianza, que acaba de ganar las elecciones, es la verdadera columna vertebral de este plan de guerra contra los trabajadores. Estos nuevos ‘chirolitas’del pulpo Techint, de Soldati, de los grupos petroleros, son los que sostienen un gobierno golpeado, debilitado y fracasado, y una política económica que se derrumba estrepitosamente en todos los países en que fue aplicada.


Basta


Durante la mayor parte del gobierno menemista, los trabajadores argentinos fueron obligados a pagar de sus salarios la suba de la Bolsa, las ganancias de los bancos, los negociados de las privatizaciones y los superbeneficios de las patronales. ¡¿Gobierno y Alianza pretenden que paguemos también el hundimiento de esta misma especulación capitalista que llevó a cuatro millones de desocupados y a la catástrofe social que vivimos?!


Es hora de decir basta.


Se ha agotado un régimen político, se ha agotado un régimen económico y, en esta situación, sólo los trabajadores pueden dar una salida a la crisis.


Es necesario adoptar una primera decisión: ningún despido, ninguna suspensión, ocupación de toda planta o lugar de trabajo donde se intente echar trabajadores.


Es necesario arrancar un seguro al trabajador desocupado de 500 pesos, a partir de los 16 años, con plena cobertura de salud. Pero los trabajadores no pueden vivir indefinidamente de subsidios, ni caer en la condición de clase pordiosera que la incapacite para luchar por un futuro fuera de la esclavitud capitalista. Por eso debemos reclamar el reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores sin afectar el salario vigente.


Ante el derrumbe de una ‘convertibilidad’ que significa el hipotecamiento financiero al capital internacional y un horizonte de pobreza y miseria crecientes, los trabajadores deben exigir que se suspenda de inmediato todo pago de la fraudulenta deuda externa, que se nacionalice la banca bajo su propio control y que se abran las cajas fuertes de los capitalistas, para convertir el capital volcado a la especulación en ahorro nacional que sirva a los intereses de las grandes masas.


Exijamos un impuesto directo sobre los grandes capitalistas, las empresas privatizadas, las grandes fortunas, que plantee el resarcimiento de la inmensa confiscación producida desde 1990.


Hay que renacionalizar YPF, porque el ‘balance’ de la privatización es la catástrofe de hoy: miles de desocupados, ciudades fantasmas, transferencia masiva de capitales al exterior, vaciamiento industrial, desastre ecológico.


Es necesario un aumento inmediato de 50% en los salarios y jubilaciones, y un mínimo de 1.200 pesos.


Que las centrales sindicales rompan con el gobierno y la oposición patronales y lancen un plan de lucha.


Por una salida obrera y campesina a la crisis, planteada en común por los trabajadores de la Argentina, Brasil, Uruguay y de América Latina; unirse para poner freno al saqueo y planificar juntos la utilización de nuestros gigantescos recursos.


“Ellos” tienen un programa para hundir nuestro futuro.


Nosotros tenemos el nuestro para defenderlo. La clave es luchar por él.


Hacia la Asamblea Nacional de Trabajadores


El 6 de diciembre, a las 10 horas, se pondrá en marcha la Asamblea Nacional de Trabajadores. El propósito es hacer el balance de la situación social y política de los trabajadores y trazar el camino para salir de la catástrofe a que nos ha llevado el capitalismo.


Antes, asambleas en cada distrito y en cada municipio debatirán sus mociones y elegirán sus delegados ante la Asamblea Nacional. El Partido Obrero ha recibido un mandato de lucha y cumple con él, convocando a los trabajadores, mujeres, jóvenes, a los nuevos dirigentes obreros empeñados en impedir el aniquilamiento de los derechos laborales, a deliberar y organizarnos nacionalmente por un programa y un plan de acción de la clase trabajadora frente a la crisis.


Una fracción significativa de la clase obrera ha dicho basta a los partidos capitalistas y ha votado construir un partido obrero. ¡¡Vamos juntos, compañeros!!