Políticas

26/2/2019

“Soy un laburante y se lo tengo que decir: nos toma el pelo usted, haga algo”

Macri fue increpado por un trabajador durante una recorrida por obras en Parque Patricios.

Un video de hoy, rápidamente viralizado, mostró blanco sobre negro el creciente repudio de la población trabajadora a las políticas de ajuste del gobierno.


En una recorrida junto a Horacio Rodríguez Larreta por el plan de obras Estación Buenos Aires, ubicado en Parque Patricios y Barracas, el presidente Mauricio Macri fue interpelado duramente por un obrero que le cantó las cuarenta: “Yo soy un laburante, vivo día a día, todos los días a las cinco de la mañana me levanto y se lo tengo que decir, con respeto, estamos en crisis. Haga algo. Nos toma el pelo usted, la gente está decayendo”.


El presidente protagonizó dos papelones: primero, con un balbuceo explicativo que el trabajador cortó en seco señalando que “no importa el gobierno pasado. A mí me importa lo que usted haga ahora”. Luego, buscando abrazarlo para interrumpir su discurso. El obrero no se apichonó: “la gente no cambia, vive día a día. ¡Nos estamos cayendo, loco! Queremos vivir un poquito y estamos peor”.




Este es el resultado de un encuentro genuino entre los funcionarios y la gente de a pie. Sucede que el partido de gobierno viene de protagonizar otro papelón en el día de ayer: tras la publicación del video de un encuentro “casual” entre María Eugenia Vidal y una mujer que reivindicaba las políticas de Cambiemos pese a estar sumida en la pobreza más profunda, se reveló que la mujer era una asidua partícipe en actos y videos oficiales, como los que protagonizó previamente con el Director Nacional de la Juventud Pedro Robledo y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.


Por otra parte, el contraste entre la actitud de este trabajador de la construcción y la pasividad de la CGT es total; e incomparable respecto de la colaboración de la burocracia de la Uocra con el gobierno y los empresarios. El jefe del gremio de la construcción, el ex agente de inteligencia del Batallón 601 durante la dictadura, Gerardo Martínez, es un sumiso abonado a los actos oficiales. Si la burocracia no convoca a una asamblea ni aun plenario de delegados con mandato es porque sabe que por abajo alcanza una chipa para encender la lucha en defensa del trabajo y el salario.


El rechazo a las políticas de ajuste, dictadas por el FMI y compartidas por los gobiernos provinciales de todo signo, se hace sentir en la calle, cuando la dejan hablar.