La prematura fuga de La Libertad Avanza de una serie de legisladores recientemente electos tiene como uno de sus protagonistas a Pablo Ansaloni: referente del Partido FE, proveniente de la burocracia sindical del difunto Gerardo “Momo” Venegas de Uatre (trabajadores rurales) y un camaleón de la política que supo estar con el macrismo y el Frente de Todos. La tesis de Javier Milei de que su espacio se conforma con todo aquel que “abrace las ideas de la libertad” es cuestionada por la abundancia de elementos nocivos de todas las castas habidas y por haber.

Ansaloni es sindicado como el impulsor de un documento que anunciaba la ruptura de 11 legisladores electos de diverso orden (senadores, diputados nacionales y diputados provinciales), rechazando la alianza de Milei con Macri, afirmando que “No podemos acompañar este cambio de rumbo solo con fines electorales (…). Es nuestro límite moral e ideológico”. Esto pese a que algunos de los supuestos firmantes luego rechazaron haber adherido al mismo.

Las razones de este “romance de temporada” se explican por la necesidad de Milei de contar con un armado y una estructura política nacional para presentarse a los comicios electorales. En este sentido, el Partido FE le garantizó a LLA personería jurídica en 17 provincias, además del aparato de Uatre en varios de estos lugares. Ansaloni se ha destacado por circular por los dos principales espacios políticos patronales, con actuales lazos fuertes con el massismo.

La alianza de Milei con Ansaloni  también puede explicarse por las convergencias respecto a la situación de los trabajadores rurales. La situación de los trabajadores del sector se caracteriza por las jornadas de trabajo extenuantes, condiciones laborales deplorables, salarios por debajo de la media, etc. Un régimen de ultraprecarización y explotación que Milei quiere hacer extensivo al conjunto de la clase obrera.

Ansaloni salió del riñón del difunto Gerardo “Momo” Venegas, un aliado de las patronales rurales, cómplice de la superexplotación de los trabajadores rurales y del trabajo esclavo, y amigo del duhaldismo y el macrismo en sus últimos días.

El ingreso y salida de Ansaloni es una manifestación patente del débil entramado político de los “libertarios” y de la aplicación más descarnada y tosca del manual de usos y costumbres de la casta política y sindical.

Para este caso en puntual, reafirma la tesis de que el massismo fue protagonista en el armado de las listas de La Libertad Avanza, y que la salida más temprana o tarde (quizás con el resultado del balotaje) de legisladores del espacio que conduce Milei da cuenta de esos acuerdos espurios.

Lo de Ansaloni guarda similitudes con uno de los acuerdos turbios más costosos para Milei, el de su alianza con el histórico burócrata sindical Luis Barrionuevo, quien también viene de bajarse prematuramente de la “ola libertaria”, con el antecedente de ser un entusiasta promotor del camporista Eduardo “Wado” de Pedro. Barrionuevo, por su parte, ofrecía garantías a Milei para la aplicación de una reforma laboral antiobrera, usando a los trabajadores gastronómicos como caso testigo para una ofensiva antiobrera.

Mientras que los “libertarios” de Milei explican la inclusión de Ansaloni como parte de las “liberalidades” del espacio, lo cierto es que esto denota el compromiso de Javier Milei con los aparatos, estructuras y representantes más nefastos de la casta. En particular de aquellos con fama de mercenarios e incuestionable vocación antiobrera.

Otra lección más de que “La Libertad Avanza” –o retrocede- con las castas de la política y el sindicalismo enemigas de los trabajadores.

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