En las elecciones del Suteba, la seccional Tandil fue retenida por la Celeste por el 69% contra el 30% de la Lista Rosa, encabezada por el compañero Germán Olivera, de Tribuna Docente. En números fueron 237 votos para la celeste y 104 para la Rosa.

Más allá de ellos se desprenden varios elementos para el análisis.

En primer lugar, el vaciamiento y parálisis de nuestro sindicato: de una elección a otra el padrón creció en sólo 50 compañeros, una gran masa se desafilió y en oposición abrió una seccional de la Udocba. En las recorridas por las escuelas detectábamos un fuerte repudio a la dirección celeste, que entregó nuestra lucha. No fue un espejismo: el nerviosismo en las filas de la Celeste fue creciendo cada día que se acercaba la elección, culminando en un ataque plagado de calumnias contra la lista, con un macartismo impresionante contra nuestro principal candidato.

En la elección no pudimos trasladar ese descontento a las urnas, donde la apatía fue la imagen de la jornada eleccionaria: sólo el 45% de los docentes afiliados fue a votar y la Celeste retrocedió en votos de 300 a 237, sostenida por la gran afluencia de jubilados a votar.

Aun así la elección nos permite consagrar un congresal a Suteba. El principal salto fue la composición política de la lista y los desafíos que se presentan, apoyados por la extraordinaria votación opositora en toda la provincia. Ahora vamos por la elección de delegados, para armar un bloque que enfrente al gobierno y supere las constantes vacilaciones de una dirección que sujeta su política a la defensa del gobierno nacional y del provincial.