El 16 de septiembre, trescientas personas, en su mayoría estudiantes, marchamos por el centro de la ciudad para reclamar Memoria, Verdad y Justicia, así como contra el aumento del boleto, que ya es uno de los más caros de la provincia. Participaron estudiantes de la Universidad del Centro de la provincia de Buenos Aires, estudiantes secundarios de la Escuela Ernesto Sábato, del Normal Nº 10, de la Técnica Nº 2, de la Media Nº 3, del Polivalente, así como estudiantes del Instituto Superior Nº 10, entre otros. El jueves siguiente, alrededor de doscientos estudiantes nos movilizamos al Concejo Deliberante y conseguimos una reunión con la Comisión de Transporte del Municipio. De la reunión participaron cinco representantes estudiantiles de los tres niveles electos en asamblea, concejales de todos los bloques y la cámara de transporte, que agrupa a las diferentes empresas. La negativa del Municipio a mejorar el servicio en lo que hace a la frecuencia, los recorridos, el estado de los micros, la reducción de la tarifa, entre otros reclamos. fue rotunda. Pero la movilización estudiantil logró frenar el aumento que se avecinaba. También se arrancó una próxima reunión para evaluar la posibilidad de que el boleto estudiantil sea comprado arriba del colectivo y no en las empresas como hoy sucede.

Al igual que pasa en Capital, las agrupaciones kirchneristas intentan resguardar a su bloque, que también ha votado los aumentos, o al gobierno nacional, que destina un mísero presupuesto a las universidades, aplica tarifazos en el gas y la luz, y se niega a pagar el 82% móvil a los jubilados, aunque sí destina millones de dólares en el pago de la deuda externa.

Así como la debacle educativa no se reduce a las escuelas de Capital, sino que se extiende a las escuelas de la provincia comandada por Scioli y a las universidades dependientes del gobierno nacional, la decadente situación del transporte de la ciudad no es patrimonio sólo de los radicales.