Políticas

8/10/2009|1103

Tapar los monopolios con las manos

La decisión de excluir a las empresas telefónicas fue presentada por Cristina Kirchner como una concesión. Pero, en verdad, como ella lo admitió enseguida, se trató de una maniobra, pues “no se puede tapar el sol con las manos”, en alusión a la tecnología que reúne a la telefonía, Internet y televisión.

Imposturas al orden del día

La primera: si quieren proveer servicio de televisión por cable, las cooperativas telefónicas del interior, las únicas habilitadas ahora por el proyecto, deberán alquilar la red de telefonía e Internet a Telefónica y Telecom, un negocio que engordaría los 17 mil millones de pesos que ambas empresas facturan anualmente.

Pero ni pagando el peaje se aseguran el viaje. Felipe Boccoli, el titular de la cámara que agrupa a las 330 cooperativas, denunció que las telefónicas no cumplen con “los convenios de interconexión ni permiten el acceso democrático a sus redes” (Página/12, 15/9). Para más datos, Mario Micceli, vicepresidente de Cabase, que nuclea a los principales proveedores de telecomunicaciones del país, denuncia que “las prestadoras dominantes sólo comprenden en su Oferta de Interconexión de Referencia a un número reducido de localidades” (ídem). De las 3.000 áreas locales existentes, Telecom y Telefónica sólo autorizan a conectarse en unas 129.

Segunda: las telefónicas que salen de la ley entran por la resolución 275/2009 del Comfer, que “reabrió la posibilidad de ingresar al negocio de la televisión por cable en todo el país” (Crítica de la Argentina, 16/9). Se llamará a licitación para abrir, después de nueve años, el mercado del cable. No para confrontar con el grupo Clarín –a quien este mismo gobierno le permitió la fusión de Cablevisión y Multicanal– sino para hacer ingresar a los capitalistas amigos: Gerardo Ferreyra (Electroingeniería), Ernesto Gutiérrez Conde (Aeropuertos Argentina 2000), Carlos Slim (Telmex), o el propio Clarín, que también se postula para ingresar en Telecom. Pero, además, la resolución amplía el negocio de las telefónicas, ya que los cableoperadores que quieran brindar el servicio, según reza su artículo 20, “podrán utilizar postes, columnas, ductos, redes y/o infraestructura propia o arrendarlos a terceros”. Esto es, de nuevo las telefónicas.

Tercera y última: las tibias objeciones de Telefónica –por parte de Telecom, no hubo declaraciones– revelan que van por más. Ni siquiera la posibilidad de ingresar que habilitaba la ley les terminaba de cerrar. Por eso, ahora “confían en poder negociar en el futuro otro marco regulatorio para ofrecer triple play” (Página/12, ídem). Sin condicionamiento alguno.Como suele decirse: el gobierno cambió algo para que nada cambie. Eso votó, con entusiasmo, el centroizquierda criollo.