El martes 3 de enero se llevaron a cabo las audiencias públicas para definir las tarifas de transporte y distribución de gas para este año. Ecogas, que es la distribuidora de gas de las provincias de Córdoba, La Rioja y Catamarca, junto a las demás empresas de este rubro de todo el país, presentaron sus pedidos de incremento. Para Córdoba el pedido de aumento alcanza el 200% para el segmento de distribución, que es el que la empresa tiene a su cargo. Una vez avalado por el ente regulador (Enargas), las nuevas tarifas regirán a partir de febrero y deberán revisarse de forma trimestral.

Con ese porcentaje de incremento respecto de las escalas actuales, Ecogas expresa que el impacto en las boletas residenciales será, en promedio, del 56% para el próximo mes.

Estos aumentos golpearán fuertemente los bolsillos de lxs trabajadorxs en un comienzo de año con los sueldos disueltos en una inflación cada vez mayor y acuerdos salariales a la baja. A esto se le suma, entre otras cosas, el aumento de alquileres que ronda el 85% para este año.

Como venimos mencionando desde Prensa Obrera el tarifazo permanente es una pieza fundamental de la política del gobierno en pos de alcanzar las metas fiscales del FMI. Se busca reducir los subsidios energéticos, pero perjudicando únicamente a los usuarios y resguardando a los capitalistas que intervienen en todos los eslabones de la cadena. Los trabajadores nos veremos forzados a absorber aumentos en los servicios aplicados a libro cerrado, es decir, desconociendo cuáles son los costos reales de cada uno de los componentes de la boleta (producción, distribución, transporte).

Para empezar, se convalida un precio dolarizado del gas en boca de pozo completamente disociado de los costos de producción. Y, a su turno, el Estado paga precios siderales a la hora de importar gas, debido a su encarecimiento internacional, fruto de la huelga de inversiones de las petroleras que operan en suelo local, responsable del déficit energético.

Mientras se diseña un esquema de tarifazos -y de naftazos– contra el pueblo, las empresas hidrocarburíferas que explotan las cuencas criollas vienen amasando fortunas. A modo de ejemplo, YPF reportó ganancias de U$S 1.500 millones en el tercer trimestre 2022 y Vista obtuvo resultados operativos de U$S 233 millones en el mismo período. Las petroleras privadas están haciendo un gran negociado con sus ventas al exterior, valiéndose de los precios internacionales en alza y las bajas retenciones. A su vez, tanto las privadas como la “estatal” YPF mejoraron su productividad a costa de los trabajadores.

Frente a esta ola de tarifazos que afectan tanto a la gran masa trabajadora mientras los capitalistas se llenan los bolsillos , debemos organizarnos por un verdadero salario que haga frete a este ajuste, por la apertura de los libros de las empresas energéticas a fin de ver sus verdaderos costos y descubrir el destino de los subsidios estatales, y por la nacionalización bajo control obrero de la industria hidrocarburífera para ponerlas al servicio del desarrollo nacional y de las necesidades de la clase obrera.