Políticas

14/8/2003|813

Techint, el piloto de Kirchner y Chávez

El viernes pasado, en Corrientes, quedó super claro que el gobierno de Néstor Kirchner responde a los intereses de la gran burguesía devaluacionista, que se benefició con la pesificación de las deudas y que, además, busca un nuevo entrelazamiento con el imperialismo yanqui. Techint es, además, el más activo puente entre el gobierno de Hugo Chávez, el gobierno argentino y el imperialismo norteamericano.


El grupo Techint llevó a Corrientes (viajaron todos en el avión privado del mandamás de Techint, Paolo Rocca) al ministro de Planificación de la Nación, el kirchnerista Julio De Vido; al pro Alca vicecanciller, Martín Redrado; al subsidiador secretario de Industria, Alberto Dumont; y, entre otros, a Luis Ureta Sáenz Peña (Peugeot Citroèn), enfrentado al resto de las automotrices; al capanga yerbatero Adolfo Navajas Artaza; a José Luis Basso (Válvulas 3b), y al explotador textil Aldo Karagozian. Confirmando una vez más que es un empleado de Techint, asistió el ex ministro de la Producción José Ignacio de Mendiguren, quien impulsó la pesificación 1 a 1 de las deudas empresarias y la compensación a los bancos por unos 20.000 millones de dólares que han pasado a formar parte de la deuda pública.


Este encuentro patronal explicitó no sólo el apoyo de Techint y sus adláteres al gobierno, sino que dio luz verde para el acuerdo con el FMI, la integración al Alca e incluso para que suban las tarifas de energía, tal como el gobierno lo está negociando con el FMI, pero sobre la base de precios diferenciales, más bajos, para la burguesía industrial.


Justamente, las privatizadas de la energía plantearon abiertamente que la suba de las tarifas estaba siendo frenada por Techint que, de este modo, a la devaluación de sus deudas y del salario le agregaba la devaluación del principal insumo de la siderurgia. “¿Por qué yo tengo que venderle el gas en pesos a Techint y, sin embargo, estoy obligado a comprarle sus tubos petroleros en dólares?”, se quejó el vicepresidente de Repsol YPF, Ramón Blanco (La Nación, 4/8). En Corrientes, por primera vez públicamente, el mandamás Rocca pareció responderle al decir que “los empresarios están teniendo costos muy económicos y no pagan tanto como en otros países con capacidades energéticas similares” (La Nación, 9/8). Esto se interpretó como una comunicación oficial de Techint a sus seguidores de que ya no hay más margen para frenar el alza de las tarifas. Claro está que, de todos modos, reclamaron que haya “tarifas diferenciales”, más bajas, para la gran patronal industrial.


La reunión sirvió también para reavivar las pujas comerciales con Brasil y reclamar la aplicación de cupos a las importaciones brasileñas, algo de lo que tomó debida nota el vicecanciller Redrado. Desde hace tiempo, Redrado integra el lobby de Techint, con plantas de acero en Argentina, Venezuela y México, en su reclamo de avanzar en un Alca siderúrgico a través de un entendimiento directo con EEUU.


Al mismo tiempo, Techint es el más activo gestor de la próxima visita de Hugo Chávez a la Argentina. El mandamás del grupo, Paolo Rocca, “está seducido por el buen clima de negocios que, asegura, reina en las tierras de Hugo Chávez” (Suplemento Cash de Página/12, 10/8).


No es para menos. El “nacional y popular” Chávez pretende darle al gran capital mundial negocios por 11.000 millones de dólares, con subsidios del Estado, de los cuales Techint piensa sacar una gran tajada, en siderurgia, petróleo y tendido de gasoductos. La imperialista francesa Total ya firmó con Chávez un contrato para extraer gas, con subsidios a granel. Como explicó el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, la empresa estatal-privada propietaria de las riquezas venezolanas, “la empresa petrolera, que es pública, le garantizará al inversionista el combustible que necesita como insumo. Y la Corporación le asegura la compra de todo lo que produzca. Así, el generador tendría asegurado el mercado y el insumo” (ídem).


La incorporación de Venezuela al Mercosur es el operativo que lidera la multinacional Techint para forzar su ingreso al mercado yanqui vía el Alca.


Techint es el pivote de los gobiernos de Kirchner y Chávez.