Políticas

10/4/2003|796

Techint, Roggio y Macro-Bansud apoyan a Rodríguez Saá

El problema que divide a la Unión Industrial no es el dólar alto, coincidieron en decirle a Página/12 (8/4) Alvarez Gaiani y Guillermo Gotelli, los dos patrones que encabezan las listas rivales de la Unión Industrial. Y es cierto. No hay que olvidar un instante que la devaluación del peso fue impulsada por un frente que arrancaba en el Fondo Monetario, pasaba por la burguesía industrial y alcanzaba hasta a la propia burocracia sindical, en especial la de Moyano. Por eso, tampoco es un tema que diferencie a los candidatos presidenciales patronales, ya que hace tiempo tanto López Murphy como Carlos Menem o Rodríguez Saá abandonaron cualquier idea de “nueva convertibilidad”, dolarización o tipo de cambio fijo.


La división de la UIA, que se suma a la de los banqueros y hasta la de la Bolsa de Comercio, refleja un choque con relación al sesgo y al alcance que debería tener la recomposición capitalista después de la devaluación. No por casualidad la división de la UIA fue impulsada por Techint cuando todo hacía suponer que se armaría una lista de unidad en torno a Alvarez Gaiani, mientras que la división de los banqueros la impulsan los bancos provinciales privatizados.


Este choque se da en todos los planos. Por ejemplo, “Techint, Impsa, Roggio y Cartellone fueron algunos de los que hicieron lobby contra Petrobrás” para evitar que se transfiera la transportadora eléctrica Transener a los brasileños (El Cronista, 4/4). El objetivo es claro: evitar que los brasileños puedan fijar el precio de la electricidad industrial, algo que los grupos económicos “nacionales” pretenden que esté a cargo de la regulación estatal argentina.


Techint fue uno de los grupos que más impulsaron la devaluación del peso y más se benefició con ella. Colocó a uno de sus hombres – Ignacio de Mendiguren – como ministro de la Producción en el primer gabinete de Duhalde para armar la pesificación que benefició a los grupos endeudados. En ese momento, Duhalde decía que su gobierno era una “alianza de la producción y el trabajo, por el respaldo de la UIA”, Techint, Daer y Moyano


Sin embargo, la fuga de capitales y la tendencia a la hiperinflación hicieron naufragar el primer gabinete de Duhalde. Con la salida de Remes Lenicov y Mendiguren, Duhalde le tendió un puente a la banca y al Fondo Monetario. Así se aprobó la derogación de la ley de subversión económica, la ley tapón a los amparos, los bonos de “compensación”, los pagos al FMI… Pero esto mismo implica una fenomenal carga hacia el futuro, cuando el proceso de recomposición capitalista sigue siendo endeble y está tironeado por las fracciones rivales.


Gotelli declaró que la “Argentina necesita un nuevo sistema financiero, un nuevo sistema jubilatorio y renegociar con el resto del mundo”. Todo parece indicar que este planteo sustenta la división de la UIA. En consecuencia, Techint decidió poner sus fichas en Rodríguez Saá, porque el puntano ofrece impulsar un plan de construcciones y de obra pública, del que Techint, Roggio y otras constructoras serían las más beneficiadas.


Ese plan se financiaría con la postergación durante 3 años del pago de los intereses de la deuda, algo en lo que coinciden las Afjp, que han ofrecido esa alternativa si el gobierno les redolariza los Préstamos Garantizados que tienen en sus carteras.


Rodríguez Saá – que es socio de una Afjp a través del Banco de San Luis y el gobierno de esa provincia – hace tiempo que es partidario de redolarizar los Préstamos Garantizados e impulsa renegociar la deuda, capitalizando los intereses, de manera de liberar los 14.000 millones de pesos anuales para la financiación de construcciones, para lo cual propone contratar trabajadores del plan Jefes de Hogar aprovechando los 150 pesos de ayuda estatal. También propone modificar el sistema jubilatorio, manteniendo, por supuesto, las Afjp y todo el sistema de jubilación privada pero priorizando las inversiones hacia la obra pública y privada, a través de la creación de fideicomisos, una iniciativa que fue impulsada por la Afjp Profesión, de la que es socio.


Techint también vería con agrado la propuesta de Rodríguez Saá de modificar la ley de entidades financieras, a lo que se opone ABA, la Asociación que nuclea a los banqueros extranjeros. En cambio, Techint, que tiene negocios en el petróleo a través de Tecpetrol, no quiere saber nada con la propuesta de Rodríguez Saá de crear una Empresa Nacional de Hidrocarburos, que ponga un precio testigo.


El campo de los choques en el imperialismo y en la burguesía se ha amplificado a todos los terrenos y anticipa crisis políticas mucho más intensas y extensas y que podrían manifestarse en las propias elecciones de abril. Es además otra manifestación de la fragilidad y los límites de la pretendida reconstrucción capitalista de la Argentina.