Políticas

19/7/2024

Teddy Karagozian, o los grandes capitalistas que “no la ven”

A una semana de su nombramiento, el gobierno echó al empresario del Consejo de Asesores luego de que cuestionara al aire la política económica del gobierno.

Teddy Karagozian.

A una semana de su nombramiento, el gobierno echó al empresario textil Teddy Karagozian del Consejo de Asesores del presidente, luego de que cuestionara al aire en un programa televisivo la política económica del gobierno y afirmara que no vislumbra la recuperación económica que Luis Caputo promete.

Entre sus declaraciones Karagozian sentenció: “no vislumbro recuperación y no va a suceder”. También afirmó que “el dólar está atrasado” y sostuvo que “el gobierno no está bajando el gasto público. ¿Cómo baja el gasto público en relación al gasto privado si estamos despidiendo en las empresas por la recesión más rápido de lo que el Estado está despidiendo para bajar el gasto?”.

Esta es otra expresión más de la crisis política de un gobierno que no logra despejar ninguno de los problemas de la economía argentina. La inclusión de empresarios en el Consejo de Asesores formaba parte de los intentos del Ejecutivo por ampliar su base de apoyo. Pero la situación al borde del desmadre económico es un factor de choques. En este caso con un sector del capital industrial directamente expuesto a la recesión y la caída del consumo. Las tensiones afloran también con otros sectores, como con la parálisis de la construcción y la industria automotriz, que golpean a su vez a una gran variedad de ramas productivas conexas.

Pero los chispazos asoman por todos los frentes. El Ministerio de Economía está en un tire y afloje con los bancos en torno a los puts, los seguros del Banco Central por los que se compromete a comprar los bonos de deuda si aquellos quieren venderlos. Por hacerlo, el Banco Macro fue tildado por Milei de golpista. En el marco de una fuerte desconfianza de la capacidad de pago del Tesoro, un paso en falso podría detonar la corrida con consecuencias difíciles de prever, ya que si se activan todos estos seguros de liquidez el gobierno tendría que pagar 16 billones de pesos, una megaemisión de dinero que se volcaría de inmediato al dólar.

Al mismo tiempo, las presiones por una devaluación son muy fuertes. El capital agrario retiene la cosecha. El FMI se niega a darle más créditos al gobierno y exige que elimine el cepo cambiario. Pero una fuerte depreciación del dólar oficial haría volar por los aires los niveles de inflación y terminaría con el chamuyo de la “desaceleración” de que se jacta el gobierno.

El tema es que las reservas del BCRA están en rojo, y el elenco económico acaba de anunciar que va a intervenir en el mercado vendiendo dólares para evitar un ensanchamiento de la brecha cambiaria, oscureciendo cada vez más la posibilidad de levantar el cepo. Es más, la preocupación principal ya pasa a ser si van a poder evitar un default de la deuda externa el año que viene.

Si bien el ajuste avanza, con despidos masivos en el Estado y brutales recortes presupuestarios en esferas públicas fundamentales, el superávit fiscal no logra convencer a la burguesía, en parte porque la recesión hace que la recaudación caiga en picada. El problema de eso es que deja sin credibilidad las promesas gubernamentales de rebaja tributaria, y menos todavía la de sacar el impuesto País.

Los choques con el gobierno expresan que ningún sector capitalista quiere ser el que pague la crisis, y que no ven cómo se van a resolver las contradicciones mortales de la economía nacional. En síntesis: “no la ven”. Por eso las tensiones prometen profundizarse. Recordemos que la de Karagozian es la segunda baja en el Consejo de Asesores en menos de dos semanas: el economista Fausto Spotorno también fue apartado tras sus críticas a la conferencia que brindaron Caputo y Santiago Bausili luego de la sanción de la Ley Bases, y de sugerir un ajuste del tipo de cambio.

Por encima de estas fricciones todos cierran filas detrás del ataque a los laburantes, tratando de descargar la bancarrota sobre sus espaldas. Para eso arremeten con la reforma laboral, con despidos antisindicales y ataques a la organización gremial, y pretenden quebrar al movimiento piquetero. Explotemos la crisis por arriba del gobierno y los capitalistas para impulsar la intervención de los trabajadores con la huelga general hasta derrotar toda esta ofensiva antiobrera.

Milei sin respuesta a la encrucijada económica que está planteada
prensaobrera.com