Políticas
9/5/2022
Tercer naftazo del año acumula más de un 30% de aumento y calienta la inflación
YPF y las petroleras aumentaron un 11% promedio los combustibles.
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Aumento en los combustibles.
YPF acaba de aumentar los combustibles, hasta un 11,5%, en sintonía con el resto de las petroleras, en lo que es el tercer aumento del año, totalizando un 30% de suba. El acumulado de las petroleras supera a la inflación y empujan a un nuevo salto de los precios, contra la población trabajadora.
El aumento de la petrolera “nacional” se produjo luego de que la competencia realizara una suba promedio del 11%, en los combustibles, el pasado domingo. Algo peculiar ya que la política de precios en los combustibles solía fijarse a través de YPF: empresa dominante del mercado.
YPF se ha valido de esta situación para “invertir la carga” de la responsabilidad de los aumentos, bajo el pretexto que el diferimiento en la actualización de los precios origina una sobredemanda sobre los bastidores “generando importantes quiebres de productos en todo su sistema”.
El gobierno “perdió la manija”
Que la petrolera de “bandera nacional” corra detrás de los pasos de los pulpos petroleros responde a la habilitación del gobierno para la exportación parcial y los negocios millonarios de los hidrocarburos producidos en el país. Han quedado a disposición de las petroleras, cediendo incluso lo que venía siendo el “control” sobre la fijación de precios locales.
Guzmán viene de recibir al presidente de YPF, Pablo González, quien le “solicitó” que el gobierno ponga límites a la exportación de crudo a Europa para abastecer a su refinería en La Plata y al mercado interno de naftas y gasoil.
Las petroleras tienen los ojos puestos en el exterior donde el barril de crudo se paga por arriba de los 110 dólares, contra los 60 dólares locales. Pero no se trata de una orientación solo privada, el presidente Alberto Fernández viaja esta semana a Alemania justamente para ofrecer hidrocarburos. La agenda energética nacional se encuentra subordinada a las necesidades del pacto con el FMI: es decir, al ingreso de divisas por exportaciones.
Que la competencia de YPF tome la iniciativa de los aumentos se explica por la orientación fondomonetarista del gobierno nacional, cuya película seguirá rodándose: las petroleras ya adelantaron que se requiere un 18% más de aumento para “equilibrar precios”. Estos mismos pulpos exportadores mantienen una huelga de inversiones respecto a la exploración y explotación de nuevos pozos petroleros, lo cual agrava aún más la crisis energética. El precio nacional de los combustibles está dictado por la especulación internacional y no por su costo real de producción.
Otro golpe a los trabajadores
Para compensar parcialmente esta situación el gobierno financia la importación de crudo de YPF a precio internacional -un subsidio a las patronales privadas-, lo que es utilizado luego como pretexto para aumentar el precio nacional de los combustibles.
A este golpe directo contra los trabajadores se agrega el impacto sobre toda la cadena logística, energética y productiva, cargando los aumentos sobre el conjunto de los bienes y servicios y empujando aún más una inflación que no parece tener límites, lo que degrada aún más el poder adquisitivo de los trabajadores.
La YPF 51% “nacional” está dominada en un 100% por la política privada y antiobrera de las petroleras. Para defender los bolsillos de los trabajadores y una política energética nacional se requiere de la nacionalización de toda la industria hidrocarburífera, bajo control de los trabajadores, para garantizar el abastecimiento energético interno según los costos de producción y desarrollar una política hidrocarburífera independiente, en baso a los intereses de la clase trabajadora.
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