Javier Milei anunció que Daniel Tillard será el titular del Banco Nación, un soldado de Schiaretti que fue funcionario de De la Rúa en el 2001 y que luego estuvo en lugares clave para llevar adelante la política de ajuste fiscal, tanto en Córdoba como en la Provincia de Buenos Aires.

Durante el 2001, Tillard fue subsecretario de Normalización Patrimonial, es decir asiste en el diseño de la política presupuestaria y en la evaluación de su cumplimiento, que sirvió para llevar adelante la política económica profundamente antiobrera de De La Rúa y Cavallo y que nos llevó a la quiebra.

Además es el que debería garantizar que nadie meta la mano en la lata, pero integró uno de los gobiernos más corruptos de las últimas décadas. Sin ir más lejos, su esposa, Julia Couzo Peñaloza, fue responsable de la gerenciadora de salud Pánasis durante el menemismo, y fue acusada de haber malversado fondos millonarios de la Administración Nacional de Seguros de Salud, el Pami y la DGI.

Posteriormente fue director del Banco de la Provincia de Buenos Aires durante la gestión bonaerense de Daniel Scioli, que dejó una provincia quebrada y culminó dejando al Bapro con un pasivo de 28.803 millones de pesos. Unos 7.617 millones corresponden a la deuda por el déficit de la Caja Previsional del Bapro, a la que Scioli no le hizo los pagos correspondientes, y los pagos provisionales fueron cubiertos mediante la emisión de nueva deuda. Otra parte de la deuda tiene que ver con la ART del Banco Provincia. Mientras tanto, el gobierno utilizaba los fondos del Bapro para pagar los servicios de la deuda provincial. Desfinanciaba las jubilaciones y los derechos laborales de los trabajadores estatales para financiar a capitalistas y especuladores, algo para lo que Tillard era un engranaje clave.

El nuevo presidente del Banco Nación viene de dejar su cargo como presidente del Banco de la Provincia de Córdoba tras ocho años. Con él se profundizó el modelo de tercerización, ingresando gran cantidad de empleados bajo convenio de empleados de comercio, con salarios 3 veces abajo del estipulado por convenio y con condiciones como la rotación entre distintas sucursales.

El año pasado había colocado como jefe de seguridad al ex jefe de policía Gustavo Veléz, quién había sido separado de la fuerza luego de los asesinatos de Blas Correas y Joaquín Paredes. Por si fuera poco, el sindicato denunció que el ex comisario ingresó a planta permanente, sin mediar ningún tipo de concurso.

Con este, Schiaretti ya aportó más de tres hombres a garantizarle a Milei la gobernabilidad, otro ejemplar de la “casta” más rancia que formó parte de todos los gobiernos que nos trajeron a esta debacle.

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