Políticas

28/10/2025

Todo sobre las elecciones

Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E39.

Javier Milei.

La elección tuvo muchos datos que sorprendieron, pero indudablemente partimos de caracterizar que hubo un triunfo del gobierno de Javier Milei. Ganó en 16 provincias, en la previa se esperaba que sea solamente en siete y ganó en 16. En otras no ganó, pero está prácticamente empatado con el peronismo. En la provincia de Buenos Aires revirtió una derrota que había sido muy abultada hace solamente seis semanas atrás, lo cual es un hecho político significativo a favor del gobierno; en varios distritos llegó al 50% o más, lo cual también es otro hecho que habla a favor del gobierno. Entonces, cuando uno ve el mapa nacional 16 provincias sobre 24, en otras prácticamente empatado, el triunfo de la provincia de Buenos Aires muestra claramente que el gobierno saleó fortalecido de este proceso electoral del 26 de octubre. Este es un dato indudable.

Uno se tiene que ir a la causa más importante de esto. Yo creo que ayer nosotros tratamos de enfatizar mucho en los discursos que hicimos en el búnker central, acá hubo un peso enorme, enorme, enorme, de la intervención norteamericana en Argentina. Sin esa intervención, indudablemente, hubiese sido otra la elección y hubiese sido otro el resultado; hubiese sido otra la elección porque nadie sabe con qué dólar hubiésemos llegado a las elecciones sin intervención norteamericana, pero la intervención estuvo, entonces es un dato que Milei lo invoca a su favor: "Yo tengo el apoyo del imperialismo norteamericano no lo tienen las otras fuerzas políticas capitalistas de Argentina", pero es indudable que sin ese apoyo otro hubiese sido el tipo de cambio, otra hubiese sido la situación económica de un desmadre que se estaba produciendo. Y aparece Estados Unidos interviniendo de manera directa.

Acá se repite algo parecido, aunque a mayor escala, de lo que ocurrió a principios de año con la intervención del FMI, también en Argentina, que le había permitido al gobierno ganar las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires cuando estaba creciendo nuevamente la inflación -estaba llegando casi al 6%- y estaba un peligro de un salto inflacionario fuerte, hubo una intervención del FMI para tratar de que eso no ocurra y finalmente con esa intervención el Fondo Monetario logra, digamos, calmar una situación económica transitoriamente, solamente por unos meses, y ganar las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires. Acá vuelve a suceder lo mismo: una intervención de mayor cuantía en lo económico, pero sobre todo en lo político, del imperialismo norteamericano que opera como un chantaje frente al país.

Creo que no exagero nada si digo que el pueblo argentino fue a votar con una pistola en la cabeza y esa pistola en la cabeza se la puso Donald Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, cuando dijeron de una manera muy categórica, pero muy categórica, en la reunión que tuvieron con Milei y el gabinete argentino en la Casa Blanca, que si Milei no ganaba estas elecciones, no las del 2027, estas elecciones intermedias, Estados Unidos retiraba su apoyo económico a Argentina y en la situación económica que tenía el país, evidentemente, eso llevaba a un desmadre y eso fue un chantaje al pueblo argentino, porque finalmente era el salvataje norteamericano junto con el voto Milei o el caos, y para una parte importante de la población eso operó como un chantaje en el cual ir a decir bueno, voto esto o me tengo que comer una nueva corrida, me tengo que comer una devaluación brusca, un nuevo crecimiento de la inflación, una mayor caída de mis salarios. Eso es lo que estaba en juego para la población.

Y es importante ver esto, sobre todo porque nosotros no podemos embellecer la democracia como si fuese el sistema en el cual el pueblo o cada ciudadano elige de una manera libre, de acuerdo a sus creencias, a sus gustos, así no funciona el proceso democrático. El pueblo va a votar condicionado por un choque de fuerzas muy de fondo, y ese choque de fuerzas de fondo condiciona finalmente la decisión que toma cada ciudadano y el choque de fuerzas que se produjo acá tenía, evidentemente, un peso enorme el imperialismo yanqui, y, del otro lado, la contrafuerza que podía hacer el pueblo trabajador no existía, no llegamos con un periodo de huelgas, de luchas, de grandes movilizaciones que pudiesen enfrentar como un contrapeso este enorme chantaje del imperialismo yanqui, entonces, en una democracia capitalista donde la sartén por el mango la tienen los grandes capitalistas, empezando por Estados Unidos, ese chantaje operó y llevó a una reversión de votos en diferentes puntos del país que le permitió al gobierno un triunfo en las elecciones. Es un dato fundamental para entender el proceso electoral que acabamos de ver.

¿Es el único? No, no es el único, pero es el punto de partida para un análisis. ¿Por qué es el punto de partida? Porque por un lado habla de cómo funciona el actual sistema social, en el cual una clase social detenta el poder de verdad, detenta los bancos, detenta el movimiento de las bolsas, el comercio de los bonos, la tasa de interés, las fuerzas productivas, los despidos, los precios; eso lo detenta la clase capitalista, y el pueblo tiene que ir a votar condicionado por ese proceso. Por otro lado, delata la falta de una acción de parte de los trabajadores a la altura de ese choque y ahí hay responsables directos que tienen que ver fundamentalmente con el peso del peronismo en el movimiento obrero a través de la burocracia sindical, que en todo este período no hizo nada para enfrentar al gobierno y al imponer una determinada desmovilización favorece, obviamente, que estos chantajes puedan avanzar.

Ahora hay otros factores que también jugaron, indudablemente. Varios dijeron, y hay una idea cierta en esto, que la elección de septiembre en la provincia de Buenos Aires operó como una Paso. ¿Qué significa como una Paso? Significa que anticipó un posible resultado en la elección definitiva -que iba a ser la de octubre- y que una parte importante de la población vio que podía ganar nuevamente el peronismo salió a votar a La Libertad Avanza o porque no había ido a votar antes y decidió ir a votar o porque había votado a otras fuerzas políticas en general del centrismo -fuerzas que en la provincia de Buenos Aires respondían a determinados intendentes del interior- que dijeron no, en este cuadro votamos a La Libertad Avanza.

¿Qué marca esto? Bueno, marca cuál es la conclusión que tiene la población de nuestro país, una parte muy importante, sobre la política del peronismo y la experiencia muy, pero muy reciente, del fracaso del gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández y de Sergio Massa, para lo cual mucha parte de la población dijo "yo no quiero volver a eso; no quiero volver a esa inflación galopante, no quiero volver a una desorganización económica como la que tuvimos"; entonces aparece también siendo la elección de septiembre una especie de Paso que anticipaba un resultado para octubre la posibilidad de corregirlo yendo a votar a La Libertad Avanza sobre quienes habían votado otra fuerza y sin cambiar el voto o sobre una parte que había decidido no votar y ahora sí decide ir a votar. Entonces esto es importante porque nosotros teníamos en la campaña electoral un debate fuerte con el peronismo, que nos decía que ellos eran la garantía para derrotar a Milei, que los que iban a parar a Milei era el peronismo, y justamente lo que se pone en evidencia a partir de este balance electoral es que cuando una parte del pueblo ve que el peronismo puede ganar, decide ir a votar incluso a sus verdugos, como es el caso indudablemente del gobierno de Milei.

Entonces tenemos, por un lado, un chantaje fortísimo del imperialismo que interviene la situación económica y política de Argentina y condiciona el voto del pueblo. Por otro lado, cuando el pueblo argentino ve que pueden volver a ganar los que habían gobernado hasta hace muy poco deciden que no, que eso no ocurra y van a votar al gobierno actual. Y después un fracaso que explica también el triunfo de Milei de una serie de gobernadores unidos en lo que se llamaba Provincias Unidas, que básicamente eran el gobernador de la provincia de Córdoba, el gobernador de la provincia de Santa Fe, de la provincia de Santa Cruz, de la provincia de Corrientes, de la provincia de Chubut, que pierden sus distritos y que habían armado este grupo de gobernadores, no con intención de enfrentarse realmente a Milei, sino con intención de hacer un buen resultado electoral para ir a negociar con Milei su plan económico y su integración al gabinete poselecciones del 26 de octubre. Ese bloque sufre una derrota realmente muy profunda porque pierden sus provincias y la pierden por mucho.

Quizás el caso más agudo de todo sea el gobernador de la provincia de Santa Fe, que queda tercero en una muy mala elección, pero vale también para Schiaretti y Llaryora en Córdoba, que eran medio los articuladores de este movimiento, incluso con pretensiones presidenciales para el propio Schiaretti y sufren una derrota significativa en la provincia de Córdoba, en manos de La Libertad Avanza y el PRO. Entonces tenemos estos factores que explican en buena medida el triunfo de La Libertad Avanza.

Dicho esto, de todas maneras es importante establecer una comparación de la votación de La Libertad Avanza consigo misma, ya no en relación a las otras fuerzas. Y acá demuestra también los límites del triunfo, porque es cierto que el gobierno logra ganar en 16 provincias, es cierto que logra revertir la elección bonaerense, pero cuando uno mide la votación que tuvo La Libertad Avanza y que tuvo Juntos por el Cambio hace dos años atrás y la compara con la elección actual, observa una caída muy importante. Acá podemos tener los datos, aproximadamente tenemos que La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio en el año 2023 sumaban un poquito más de 14 millones de votos y que en la actualidad suman 9.300.000. Alguien puede objetar que dentro de Juntos por el Cambio estaban también votos de lo que es Provincias Unidas en la actualidad, porque en Juntos por el Cambio estaba el gobernador de Santa Fe, estaba el gobernador de Chubut, estaban digamos otras fuerzas políticas más vinculadas al radicalismo, si uno resta esos votos, aproximadamente nos va a dar que 1 millón de votos son los que se fueron ahora a Provincias Unidas sacó un poco más que sacó 1.600.000, le restamos los votos del peronismo cordobés que no estaba en Juntos por el Cambio, si restamos eso, la caída de votos son 3 millones aproximadamente, es decir que es una elección importante de gobierno pero comparada consigo mismo, es la coalición que realizó con el PRO demuestra que tampoco es una elección aplastante, tiene estos límites importantes que estamos señalando.

Acá pasa ese punto de contacto con lo de Macri en el año 2017, donde también obtuvo un triunfo importante, aproximadamente de 41%, y también había ganado la provincia de Buenos Aires, en ese momento había Paso y el peronismo había ganado las Paso y pierde la general -si uno ve la de septiembre opera como esa Paso que dijimos ganó el peronismo acá en septiembre y pierde octubre- y luego, cuando tuvo que llevar adelante su programa, se encontró con una rebelión popular profunda por un lado, y luego con la inconsistencia de su programa económico. ¿Cuál es el programa que ahora Milei está levantando? ¿Cuál es su propósito explícito que acaba de decir ayer cuando ganó en su búnker?, él dijo: "Nosotros vamos ahora a las reformas estructurales, vamos a la reforma laboral, vamos a la reforma impositiva, vamos a la reforma previsional", y llamó a los gobernadores de Provincias Unidas a apoyarlo en el Congreso y abrir una serie de diálogos y debates para consensuar una agenda común.

Este es el programa que acaba de decir. ¿Ahora bien, qué va a pasar con este diálogo? ¿Va a dar lugar a un gobierno de coalición? No pareciera ser la iniciativa que tiene Milei, de hecho, el cambio de canciller que sucedió en la previa de las elecciones donde sale Werthein y entra este Pablo Quirno, que es un tipo del equipo económico muy vinculado a la banca Morgan, la idea que es un gobierno que va a seguir siendo gobernado por una pequeña camarilla financiera internacional, ahora con más apoyo que antes, donde lo que más crece justamente es el peso de los sectores más ligados al capital financiero norteamericano. Entonces veremos cuál es el procedimiento político que van a hacer. Da la impresión de que el gobierno va a tender a cerrarse en esta camarilla y que va a operar su política económica en dos alternativas. Una alternativa que tiene es acelerar una devaluación monetaria, que era una de las posibilidades que el gobierno podía ejecutar posteriormente de las elecciones -y hay una presión para eso de un sector de la burguesía- u otro escenario posible que no se puede descartar de ninguna manera es que el gobierno pretenda mantener su actual esquema económico y financiero, algunos diarios internacionales anticipan que si esto ocurre puede ser realmente una hecatombe para Milei.

Para el pueblo argentino, cualquiera de los dos escenarios son complejos, porque una devaluación monetaria impactaría en los precios, por lo tanto desvalorizaría el salario, desvalorizaría las jubilaciones y representaría una confiscación del laburante por un sector del capital, eso sería una devaluación monetaria. Ahora si no sucede esa devaluación monetaria, y en contra de una devaluación inmediata hay muchos factores, por ejemplo, si se devalúa la moneda todos los dólares a futuro que posee el Banco Central representan una pérdida significativa, entonces tendría que postergarse.

Ahora, si no se hace una devaluación monetaria y el gobierno mantiene el actual tipo de cambio por las condiciones que hemos visto, indudablemente eso también va a afectar a los trabajadores porque va a representar una mayor crisis industrial, van a continuar lo que son los despidos que estamos viendo en la industria, en el comercio, en los servicios y eso hoy es un impacto que está teniendo el pueblo argentino en las actuales condiciones; por eso muchos han analogado esta elección, aunque es una elección solamente parlamentaria y no presidencial, con la elección que gana Carlos Menem en el año 95, donde él tiene un triunfo importante de las elecciones, pero inmediatamente que gana las elecciones afronta una gran crisis económica, con despidos, con recesión, y el gobierno de Menem desde ese triunfo en el año 95 en adelante entra en declive. Y eso no puede descartar que si el gobierno mantiene el actual tipo de cambio como lo tiene y se aferra a una camarilla financiera que está obteniendo beneficios extraordinarios en muy corto plazo, a costa de un ataque a los trabajadores bajo la vía de despidos, de suspensiones, de una gran crisis industrial, es decir, que uno u otro escenario son escenarios de choque para el pueblo argentino.

Ahora, el pueblo argentino entra en esta fase, indudablemente en un cuadro de confusión. Nosotros no ignoramos eso, porque una parte importante votó a Milei y el activismo que no lo votó ve este triunfo de Milei como un golpe. ¿En qué sentido un golpe? Que sabe que Milei te reprime con Patricia Bullrich en el Congreso, no ya que Milei toma tal o cual medida, sino de que el pueblo acompaña a Milei entonces las luchas se sienten aisladas, porque alguien dice "bueno, yo estoy peleando por el Garrahan yo estoy peleando con la persona con discapacidad, yo estoy peleando en la universidad y si el pueblo le da un voto a Milei quiere decir que el pueblo rechaza esas luchas y apoya a mi verdugo".

Entonces se vive esto en un cuadro de cierta desmoralización y tenemos que salir a explicar ahora justamente y es un gran propósito que nosotros tenemos ahora en el corto plazo, que este triunfo de Milei tiene las inconsistencias que estamos señalando acá, pero tiene como responsables fundamentales al peronismo que le ha permitido a Milei una sobrevida enorme después de la derrota de septiembre y no haber planteado nunca una lucha a fondo, de no haber planteado un programa alternativo -porque no lo tiene- en término de un interés popular y que por lo tanto eso le permite a Milei sacar fuerza de donde parece que no la tenía. Entonces que la salida pasa ahora por una gran tarea de organización, de balance político, de que hay que construir una salida distinta a la salida del peronismo, que una parte importantísima del pueblo no la quiere porque la asemeja con razón al fracaso del gobierno anterior y que, por lo tanto, tampoco se revela como un instrumento útil para enfrentar al gobierno desde un punto de vista de los trabajadores.

Aparece también ahora como balance la votación del Frente de Izquierda, que es un punto que obviamente no tenemos que rehuir de ninguna manera. Y es un balance que si uno toma los distritos de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, es un balance que no podemos de alguna manera rechazar como positivos, porque permitieron reelegir los diputados que poníamos en juego e incluso en la Ciudad de Buenos Aires llegar al 9% de los votos, en la provincia ser la tercera fuerza ganándole a Randazzo, que tenía la banca de muchísimos gobernadores, es decir que logramos de alguna manera marcar una línea de resistencia frente a una avanzada derechista y un declive del peronismo, es un hecho importante con muchísimos menos recursos.

En el interior del país el balance tiene que ser más exhaustivo porque cada provincia demuestra diferentes tendencias, no hay una cuestión homogénea a nivel nacional; pero tomado de conjunto al Frente de Izquierda marca una línea de resistencia desde la cual podemos enfrentar a Milei. Ahora bien, no ignoramos de ninguna manera que es una línea de resistencia todavía baja, no hemos pegado un salto después de dos años de gobierno libertario. Es una tarea pendiente y es una tarea pendiente que tenemos que resolver a la luz de la lucha que se viene, que no va a ser electoral porque ahora va a pasar la cuestión por el Congreso en el sentido de que el gobierno va a poder hacer y va a pasar por la fábrica, va a pasar por las universidades, va a pasar por los barrios si el gobierno va a poder o no lleva adelante esta ofensiva brutal que tiene contra el pueblo argentino.

Los primeros lineamientos que hizo el gobierno sobre la reforma laboral, que quiere aplicar realmente de un nivel de esclavismo que pocas veces vimos, quiere terminar con el régimen paritario de Argentina, porque Argentina tiene un régimen de paritarias que es el que establece el piso, no el techo, acá quieren que la paritaria establezca el techo, no el piso, por lo tanto, la paritaria como la conocemos hoy va a dejar de existir; quiere que la jornada de ocho horas deje de existir y cambie por un banco de horas, quiere destruir directamente el régimen de indemnización por despido. Es decir una política de una enorme ofensiva contra el derecho laboral de la Argentina, acompañado de una ofensiva contra el derecho previsional en la Argentina y para reforzar un sistema impositivo que descargue todo el peso sobre los trabajadores y el consumo popular.

Eso va a plantear un enfrentamiento enorme. Es un cuadro, insisto, de despidos, de confiscación salarial y el Frente de Izquierda tiene que jugarse a esa lucha de clases. No va a haber otra forma de frenarlo a Milei quedó claro que no es por Kicillof, quedó claro que no es por Taiana, quedó claro que no es por Cristina, ni por Massa, sino que la salida pasa por una intensa lucha de clases. Y esto es un debate a fondo, incluso con la izquierda del kirchnerismo. En los últimos días de la campaña lo hemos visto a Grabois y a la CGT a sacarse fotos con Daher o en el acto de cierre, elogiarlo a Massa diciendo que lo había ayudado mucho la campaña electoral, es decir que termina la izquierda del peronismo asociada a lo más podrido del peronismo, a Massa y a la burocracia sindical.

Esto lo digo porque justamente eran los que decían "no voten a la izquierda, no voten el Frente de Izquierda, sino que hay que votar al kirchnerismo como línea de enfrentamiento y para pararlo a Milei". Y fracasaron. Para pararlo a Milei hay que salir a la calle, hay que organizar las luchas en los lugares de trabajo y eso va a ser la gran tarea que tiene el Frente de Izquierda por delante.

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