El precandidato presidencial amuleto del kirchnerismo, Wado de Pedro, se sacó la foto “casual” – como la tituló- junto a la plana mayor de Clarín y La Nación, y los máximos capitostes del gran capital agrario en Expoagro. La exposición del campo está organizada por los medios hegemónicos, que el kircherismo presenta como enemigos jurados de Cristina.

Esta versión Expoagro 2023 se realizó en San Nicoĺás, el municipio del norte bonaerense gobernado por el Pro, cuyo intendente acaba de romper con Ioma, la obra social de la provincia de Buenos Aires, arrastrando a otros jefes comunales de Juntos en una avanzada privatista contra la salud pública. La crisis provocada por Manuel Passaglia, alcalde nicoleño y anfitrión de Expoagro, no pareció importarle al cristinista Wado de Pedro, quien posó sonriente a su lado.

“Wado”, el ministro del interior del gobierno nacional y vocero de Cristina Kirchner, gusta presentarse como un productor rural por sus negocios en el ramo. Para seducir a los presentes, declaró que “el peronismo debe volver a unirse con el campo”. Con el dólar soja de Massa como telón de fondo, el candidato amigo de Juan Grabois aseguró que “el campo siempre hizo buenos negocios con los gobiernos peronistas”, y “que hay más ruido que realidades”, desmintiendo de cuajo el relato de un peronismo antioligárquico.

Anuncios y compromisos

Wado de Pedro insistió en que hay “desideologizar” la relación con el campo en obvia referencia a dejar en el pasado la Resolución 125 o mayores retenciones, que están por fuera del horizonte kirchnerista. El Ceo y presidente del directorio de Clarín, Jorge Rendo -uno de los organizadores del viaje mafioso a Lago Escondido- y operador directo de Magnetto, cenó “casualmente” a la vera del vocero de Cristina. Otro que flanqueó a Wado fue el subdirector de La Nación, Fernández Saguier.

En la foto de “Todos Juntos somos el Campo”, sobresalen el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, y su par de la Federación Agraria, Carlos Achetoni. Nada de foto casual, Wado de Pedro garantizó en nombre de Cristina Fernández de Kirchner los negocios a los especuladores y fugadores de divisas. Entre fotos y cena, el Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, y el de Industria, José Ignacio de Mendiguren, anunciaron una línea de créditos blandos y subsidios al “campo” por el valor de casi 70.000 millones de pesos, reafirmando que una de las prioridades del peronismo es hacer buena letra con la oligarquía y el capital sojero.

La billetera abierta en Expoagro no fue un mero gesto. A mediados de febrero, Wado de Pedro se reunió con “productores agrarios” del sur santafesino y calificó al campo y a la industria como los actores protagónicos del proceso productivo. Wado le habla a los capitalistas y a las patronales del campo y omite toda referencia hacia los trabajadores que son los que producen la riqueza nacional. Una contundente definición del nacionalismo peronista y kirchnerista como un movimiento burgués donde los trabajadores son furgón de cola de los explotadores.

Kicillof no fue a San Nicolás pero mandó a su ministro de Desarrollo Agrario. Al igual que Wado, Axel definió al campo como una prioridad de la campaña electoral del Frente de Todos. La declaración de emergencia por la sequía se ha transformado en un barril sin fondo de subsidios y jugosos préstamos al capital agrario. Con Kicillof, el impuesto inmobiliario agrario en la provincia de Buenos Aires sigue en porcentajes ridículos y no le toca un pelo a los grandes propietarios agrarios. También Coninagro mimó a Kicillof y uno de sus directivos, Marío Raitieri movió el avispero afirmando que le gustaría ver la reelección del gobernador. Otra entidad patronal, Carbap, reivindicó por boca de su titular, Horacio Salaverri, la agenda provincial que mantiene “el campo” con Javier Rodríguez, el ministro de Desarrollo Agrario de Kicillof.

En plena campaña electoral, la nueva foto del kirchnerismo -la anterior fue la de Yasky y Baradel con el embajador yanki- dice más que mil palabras. El peronismo gobernante de pejotistas y kirchneristas es ajustador y antinacional. El Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad batalla por un nuevo movimiento popular con banderas socialistas, por un gobierno de la izquierda y los trabajadores.