Políticas

30/6/2016|1417

Transas y reforzamientos del aparato represivo

A partir de la figura del arrepentido, José López podría entregar a De Vido y obtener una reducción de pena e incluso su libertad, aún siendo penado. En lugar de investigar a fondo, la figura del arrepentido busca una transa de la Justicia con los delincuentes, en este caso con los corruptos.


La figura del arrepentido implica la posibilidad de que un juez haga un acuerdo con un imputado para que éste aporte datos que permitan impedir un delito o encontrar a sus cómplices o jefes, y reciba a cambio una reducción de pena e incluso la eximición de prisión.


 


Esta figura existe desde el año ’95 para los delitos de narcotráfico, sin que haya tenido ningún éxito en desbaratar banda alguna de narcotraficantes. Por el contrario, el narcotráfico ha avanzado sobre la base de las complicidades del conjunto del Estado. Narcopolicías, gendarmes, prefectos, jueces, funcionarios y otros han aparecido involucrados en el tema. La fiesta de Time Warp es un claro ejemplo de esas complicidades. Lo mismo puede decirse de la trata de personas, donde también existe esta figura. Es lo que denunciamos en la sesión del jueves pasado, sin que los defensores de la nueva ley, que incorpora esta figura a los casos de corrupción, hayan podido dar un solo ejemplo de que este mecanismo haya dado algún resultado en el país.


 


Como siempre que se impulsan este tipo de leyes, aparece un reforzamiento del aparato represivo. Con la excusa del combate al terrorismo, se introduce la figura del arrepentido en la ley antiterrorista, que sólo ha sido utilizada para perseguir a militantes ambientalistas en nuestro país y a las comunidades mapuches en Chile, por ejemplo.


Federico Pinedo, senador del PRO, dijo creer que Cristina Kirchner no sabía los detalles de lo que hacía José López y apuntó toda la responsabilidad hacia DeVido. El mensaje de Pinedo expresa la crisis dentro del gobierno en torno de cuánto se puede tirar del ovillo de López sin que caiga todo el entramado de empresarios y funcionarios que forman parte de la red de los sobreprecios en la obra pública o los multimillonarios subsidios a las privatizadas, desde el momento que todo el régimen político está metido en esto.


 


A partir de la figura del arrepentido, José López podría entregar a De Vido y obtener una reducción de pena e incluso su libertad, aún siendo penado. En lugar de investigar a fondo, la figura del arrepentido busca una transa de la Justicia con los delincuentes, en este caso con los corruptos.


 


La experiencia ha demostrado que todo esto es sólo una simulación de combate a la corrupción, el narcotráfico o la trata. Los resultados están a la vista. El Estado que garantiza estos delitos no se investigará a sí mismo.