Políticas

18/3/2020

Transporte: medidas limitadas e improvisadas

El Estado y las patronales deben garantizar el costo y la seguridad del traslado de los trabajadores.

Las líneas del ferrocarril del área metropolitana de Buenos Aires se han visto reducidas en la cantidad de pasajeros, incluso en las horas pico desde la jornada del miércoles 18, algo que también se vio en colectivos y en el subte. Aunque lejos de lograr que viajen solo pasajeros sentados, sobre todo en el ferrocarril Sarmiento y en el Urquiza. 


La resolución del Ministerio de Transporte anunciada por Mario Meoni, a cumplirse desde el jueves 19, que señala que trenes y colectivos no podrán circular con personas paradas, no es acompañada con medidas concretas que expliquen cómo lograrlo. No se anunció mayor frecuencia del transporte, cosa que en el ferrocarril no es posible debido a que casi no hay material rodante de reserva en las líneas, pero tampoco en los colectivos, sino incluso se aplica la medida contraria, es decir, la reducción. La idea de desalentar el viaje en transporte público choca con la realidad de que millones de trabajadores deben asistir a sus puestos de trabajo, en la medida que no se amplíen las licencias. Por otra parte, tampoco existe un subsidio al combustible lo que implica que el gasto extraordinario de viajar en vehículo propio corre a cuenta de los trabajadores. 


Meoni se “lava las manos” y le echa la culpa a la población 


Las medidas anunciadas por Meoni incluyen la suspensión de trenes y colectivos de media y larga distancia, pero no en el conjunto del país, y cancelación de vuelos de cabotaje, hasta el 24 inclusive, para desalentar el turismo del fin de semana largo, expresó el Ministro, y agregó que "muchos argentinos no han tomado conciencia aún de la situación crítica en la que vivimos" (Página 12). Meoni se despacha responsabilizando a la población sobre la crisis sanitaria sin asumir el derrumbe del sistema de salud provocado por los últimos gobiernos y la miseria presupuestaria que ha resuelto el gobierno nacional frente a la actual emergencia. 


Por otra parte, han sido los propios trabajadores quienes han tomado medidas y forzado a las patronales e incluso al gobierno a que se adopten licencias y medidas de higiene. La rebelión docente contra la disposición del ministro nacional Trotta de que cumplan horarios es un simple ejemplo de ello, pero hay muchos otros. 


En el ferrocarril Roca, reina el incumplimiento de las medidas sanitarias más elementales, lo cual ha dado pie a la intervención de los trabajadores. Audios difundidos por personal de limpieza cuentan que no sólo no hay desinfección alguna de las formaciones sino, por falta de lavandina y otros elementos, se baldea una sola formación con agua diariamente con el escaso personal asignado a la tarea. Las otras se barren. Algo similar a lo que sucede en las plataformas de las estaciones. No hay desinfección de las dependencias ni de las salas de descanso, solo un frasco de alcohol en gel en estas últimas, incluso de partidas vencidas. Ni guantes ni mascarillas para el personal de las formaciones. De esto, Meoni no dice nada. 


En las líneas de colectivos, también faltan elementos de higiene para los choferes. Algunas empresas reducen la frecuencia antes de garantizar que los pasajeros viajen sentados. En el Subte, la patronal está intentando extender la jornada por encima de las 6 hs. para cubrir a los licenciados, lo que está generando enorme revuelo en la base. Las patronales aprovechan la pandemia para atacar conquistas. 

Los sindicatos, tanto la Unión Ferroviaria como la UTA, no han presentado ningún reclamo por medidas de higiene ni la formación de comisiones de control, dejando a su suerte a los trabajadores. Han sido los propios trabajadores que se plantan en defensa de su salud y de la de los pasajeros. El colapso del ferrocarril Roca el lunes pasado funcionando con horarios de domingos y feriados muestra un alto grado de improvisación por parte de un gobierno que toma medidas priorizando la subsistencia del capital, con exenciones y subsidios, por encima de la vida de los trabajadores. 


Es necesaria la conformación de comités de seguridad e higiene con poder de veto en cada lugar de trabajo del transporte público, y que las empresas y el Estado asuman el costo de transportar de manera segura a los trabajadores.