Tucumán: fin de año conflictivo en la industria azucarera
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Luego de un año de fuertes crisis y conflictos, la actual zafra azucarera en la provincia de Tucumán está llegando a su fin, que ha sido caótico y cargado de ataques a los trabajadores.
En la mayoría de los ingenios se hizo norma el pago atrasado de los salarios, esto sin olvidar que la mayoría de los industriales y los cañeros no respetaron la paritaria firmada en mayo y el sindicato no movió un pelo para que este acuerdo se cumpla.
La zafra fue más corta de lo habitual, en algunos ingenios apenas llegó a los cien días. Una gran masa de trabajadores temporarios quedó en la calle tempranamente, lo cual dio lugar a algunas escaramuzas, pero la burocracia las sofocó tempranamente.
El ingenio Concepción (el más grande la provincia) resultó ser un foco de conflicto porque se negó a cumplir lo acordado históricamente con el sindicato, de al menos diez meses de trabajo para todo el personal, temporario o permanente.
La multinacional química Atanor, que es propietaria del ingenio, adujo no tener más trabajo para el personal y no estar en condiciones de seguir pagando los salarios. En el ingenio San Juan ocurrió algo similar, pero en forma agravada. La patronal suspendió la zafra tempranamente y amenazó con no pagar los salarios adeudados, que alcanzaban a más de dos meses de sueldo. En este caso, los trabajadores salieron a la lucha e impusieron un acuerdo a la patronal para continuar la zafra y poder cobrar lo adeudado.
El intendente electo de la zona donde se encuentra el ingenio metió mano en el acuerdo y desvirtúo las conquistas. En un pacto con la patronal impuso un convenio en negro y el ingreso a la fábrica de trabajadores puestos a dedo por él.
Los trabajadores del surco no la han pasado mejor. Las patronales cañeras desde hace varios años han ido avanzando en separar a los cosecheros de los trabajadores de los ingenios, colocándolos fuera de convenio, no incluyéndolos en las negociaciones paritarias, sometiéndolos al régimen esclavista de la ley agraria que rige para los trabajadores rurales.
Los empresarios están a la espera de una devaluación que les abarataría completamente los salarios a futuro y también las deudas salariales acumuladas. En muchos casos están reteniendo el azúcar de los pequeños cañeros que ya ha sido empeñada con las financieras en la forma de warrants. Pretenden salvarse ellos a cualquier costo.
El gobierno de Macri ha puesto en el ministerio que atiende la cuestión energética a un gerente de las petroleras. Por eso, en todo este último tiempo Macri habló de reactivar el ferrocarril Belgrano, como reclaman los terratenientes del Norte, pero nada ha dicho del aumento del corte de la nafta, un reclamo pedido a gritos por toda la patronal azucarera.
El gobernador Manzur funciona como lobbista de este reclamo ante el gobierno nacional, pero choca con los intereses de las grandes petroleras que no quieren ceder ni un litro de combustible.
El gobierno tucumano advirtió que el año próximo puede ser altamente conflictivo en la industria más importante de la provincia, por eso puso como ministro de Trabajo a Roberto Palina, secretario de la Fotia, que ya está actuando como un garante de la paz social, que le da libertad a las patronales para avanzar con su política de ajuste contra los trabajadores.
Debemos reclamar un plan interzafra para todos los trabajadores azucareros, equivalente a la mitad de los salarios. Menos de eso es condenar al hambre a nuestras familias.
El panorama incluso se presenta más negro aún, si miramos la próxima zafra. Hay ingenios en situación de insolvencia, lo que pone en peligro las fuentes de trabajo.
Exijamos a los sindicatos la organización de reuniones y asambleas y si no quieren convocarlas, preparemos autoconvocatorias, para discutir los reclamos y las acciones para conquistar nuestros reclamos.