La manifestación multitudinaria (más de 8.000 personas), que asistió el martes 26 a la jornada de lucha contra la impunidad al cumplirse siete años del crimen de Paulina Lebbos, fue un durísimo golpe político al gobierno de Alperovich.

El delito organizado por distintas mafias está asociado con el aparato del Estado.

En el acto, Alberto Lebbos, el padre de Paulina, denunció al gobierno como el principal responsable del encubrimiento del crimen de Paulina y de otros centenares de casos, y concluyó reclamando la renuncia de Alperovich.

Alperovich ensayó una suerte de "mea culpa", volvió a asegurar que no tenía los nombres de los asesinos de Paulina. Lebbos ha denunciado que desde hace siete años le niegan el acceso al expediente de la investigación, a pesar de ser querellante. El fiscal sostiene que está en curso una investigación secreta. El gobierno nacional designó desde el Ministerio de Justicia a un representante legal para que tomara contacto con la instrucción, quien denunció que ha recibido amenazas de muerte.

El caso Paulina viene precedido por el escándalo del juicio por Marita. El gobierno pretende zafar impulsando la destitución de los jueces. Un ala de los jueces destaca que el fallo fue impecable, que las irregularidades estuvieron en la instrucción y que el jefe político de esa instrucción era el propio Alperovich.

La Gendarmería realizó allanamientos a 17 propiedades del clan Alé por presunto lavado de dinero, un golpe que tiene más de publicitario. Ninguno de los Alé quedó detenido a pesar de que en los allanamientos se encontró armamento de guerra, dinero ilegal y pruebas sobre las redes de tratas.

Todos estos hechos se insertan en un escenario de crisis política. Susana Trimarco acaba de rechazar la propuesta de ser candidata cabeza de las lista K en octubre. Circula la versión de que el propio Alperovich encabezaría la lista como candidato testimonial, para impulsar, adicionalmente, una nueva reforma que consagre la reelección indefinida.

La ‘oposición' patronal, que se ha agrupado en la denominada Mesa del Diálogo (desde el PRO y el bussismo hasta Libres del Sur), no pudo intervenir como tal en la jornada del 26, tampoco el próximo 24 de Marzo, descubriendo su carácter oportunista y electorero. Se ha desatado una feroz interna por las candidaturas, entre las pretensiones de la UCR, el FAP y el PRO (que promueve a los representantes de la Sociedad Rural).

En este escenario de crisis está cobrando impulso la campaña política de nuestro partido, por una alternativa política de la izquierda.