Políticas

12/8/1993|398

Tucumán: PJ, interna y crisis política

El domingo 1º de agosto se realizaron las elecciones internas del PJ en medio de una descomunal crisis política, que ha enfrentado a Palito con el Vicegobernador, Díaz Lozano y con sectores de su propia bancada legislativa, especialmente en relación a las denuncias de espionaje político y otros temas claves como es el de la elección de los miembros del Tribunal de Cuentas de la provincia. Como resultado de todos estos enfrentamientos, los legisladores representativos de los partidos que integraron el Frente Esperanza, formaron un bloque aparte, lo mismo ocurrió con los partidos que formaron el FE en 1991, que ahora han conformado una alianza centroizquierdista (DC, MID, PTP, MAP, y ahora se ha sumado el PSP), quienes se presentarán el 3/10. Otro tanto ha ocurrido con algunos legisladores del PJ, quienes han formado sus propios bloques, y como resultado de todo ello por primera vez la bancada legislativa del oficialismo se encuentra en minoría en relación a la bancada bussista.


En la interna se reflejó esta crisis política y a su vez fue un factor de la misma. La interna sólo pudo elegir los candidatos a diputados nacionales. La elección de las autoridades del PJ (se encuentra intervenido desde la época de la Intervención Federal, a principios de 1991) tuvo que ser postergada por presión de las camarillas y grupos opositores a Ortega, que veían que éste se llevaría el triunfo, colocando a la cabeza del partido al actual Ministro de Gobierno, Falú, un afiliado reciente al PJ. En gran medida la andanada de críticas y cuestionamientos contra el ministro en la Legislatura, desde las mismas filas del oficialismo, tuvieron que ver con esta presión interna. Luego que la interna por cargos partidarios fue postergada, una segunda interpelación al ministro en la Legislatura sobre el tema del espionaje político fue sorteada sin problemas. El control del PJ es una cuestión que trasciende las elecciones de octubre, pues va a ser el factor para determinar los candidatos para suceder a Ortega y a los legisladores, ya que la constitución provincial prohíbe la reelección en los cargos políticos.


La interna justicialista despertó poco entusiamo entre los afiliados. A pesar de que se movilizaron todos los aparatos, sólo votó el 25% del padrón. Se presentaron 7 listas y todas tuvieron el común denominador de dejar el 1er. cargo de diputado nacional para un extrapartidario (Evangelina Zalazar), lo cual es un testimonio más de la componenda del PJ, que sólo puede actuar sobre la base de alquilar figuras fuera del partido, las cuales, a su vez, pasan luego a ser los factores determinantes de la propia vida interna partidaria, como ha ocurrido anteriormente con el propio Palito.


La lista apadrinada por Ortega obtuvo la primera minoría superando apenas el 40% de los votos, y estuvo formada por una alianza con elementos de la vieja renovación y el autoritarismo y la burocracia de la CGT.


La segunda minoría la obtuvo una lista vinculada al petrolero Diego Ibáñez y Eduardo Menem, y promovida en la provincia por el Senador Nacional Miranda, un ex-incondicional de Ortega.


La lista de Ricardo Díaz, apoyada por el Vicegobernador Díaz Lozano y por Duhalde, con el 15%  no obtuvo representación en la lista de candidatos, pero significa que ha hecho pie una corriente con peso nacional.


La lista impulsada por ATE obtuvo el 10%; por encima de la relativa buena votación, es importante destacar el sometimiento de los representantes del CTA en Tucumán, a la candidatura de Evangelina en la provincia.