Políticas

10/9/2015|1380

Tucumán sigue en ebullición


La crisis abierta en la provincia por el fraude electoral continúa abierta. La Cámara Contencioso Administrativo acaba de ordenar a la Junta Electoral que suspenda una proclamación del ganador y que resguarde las urnas con los votos. Esta decisión judicial ha provocado un gran impacto, luego de las denuncias judiciales que iniciara el Partido Obrero y que luego siguieron otros partidos y agrupamientos, y de las sucesivas movilizaciones. A pesar de la oportunidad que ofrece este recule judicial, el Acuerdo del Bicentenario, una alianza del radical José Cano y del ex oficialista Domingo Amaya, no llama a nuevas manifestaciones de calle.


 


Crisis


 


Ocurre que los radicales que habrían sido electos intendentes en Bella Vista, Salazar y Campero, y Yerba Buena, ya dieron ganador a Manzur. También lo hizo Gerónimo Vargas Aignasse, el referente de Sergio Massa. Significativamente, los aliados peronistas de Cano, Amaya y su delfín Germán Alfaro, el electo intendente de la capital, no tienen aparición pública.


Distintas fracciones de la UCR, sin embargo, han impulsado nuevas convocatorias a la plaza, junto con nuestro partido. El jueves 3, la convocatoria reunió alrededor de mil personas con una importante presencia juvenil. El martes siguiente se volvió a replicar en coincidencia con la movilización de la Comisión de Familiares Víctimas de la Impunidad, y esta vez reunió a cerca de 4.000 personas. Esta vez se sumó Libres del Sur, que integra el Acuerdo del Bicentenario. Libres ha criticado a Cano por haber llamado a desmovilizar.


 


El estallido al interior del Acuerdo del Bicentenario obedece, por un lado, a las relaciones de muchos sectores del Acuerdo con la camarilla de Alperovich. Por otro lado, tiene que ver con la presión que ejercen Macri y Massa para que se dé vuelta de página, que han cedido a la extorsión de los gobernadores pejotistas, incluido Scioli, para evitar una crisis del conjunto del proceso electoral.


En esta crisis, la intervención de la izquierda revolucionaria en defensa de la democracia política abre perspectivas nuevas para la juventud que ha ganado la calle como consecuencia del fraude, adecuada a cada fase de la lucha y sus propios métodos.