Políticas

7/7/2007|895

Tucumán y Rosario rompen con Foesitra

La lucha en los sindicatos burocráticos


Los sindicatos telefónicos de Tucumán y Rosario han resuelto desafiliarse de la Federación, dominada por la vieja burocracia sindical peronista (Foesitra). El viernes 8 una asamblea en el sindicato de Tucumán (300 afiliados) resolvió romper con aquella organización por unanimidad, una decisión que compartieron la lista oficialista, en crisis con la cúpula de la Federación, y la lista de oposición, con francas simpatías con la conducción actual de Foetra Buenos Aires (Lista Azul y Blanca). El lunes 12 de abril, otra asamblea, en el sindicato telefónico de Rosario (1.200 afiliados, el sindicato más importante del interior), con 350 afiliados, resolvió lo mismo, con sólo cuatro votos de oposición y 15 partidarios de un cuarto intermedio. El sindicato telefónico de Rosario fue recuperado por una lista de frente único de activistas de distintas procedencias —CTA e independientes, entre otros. Estuvo fuertemente influido y apoyado por las corrientes que actúan en la dirección de Foetra Buenos Aires.


 


La decisión de los telefónicos de Tucumán y Rosario sigue, años después, a la tomada en Capital y Buenos Aires. Tiene que ver con la lucha contra la flexibilidad laboral, el despido “hormiga” y el intento de las empresas de dejar sin representación ni defensa a los trabajadores de la telefonía móvil. Forma parte del ascenso del gremio, que se expresó en la huelga por el salario y contra la precarización laboral en 2004, en la sistemática ocupación de oficinas y edificios y en la propia ruptura del sindicato bonaerense con la Federación. Una lucha en ascenso por el control de los lugares de trabajo y la dirección de los sindicatos.


 


La decisión de los trabajadores de Rosario y Tucumán adelanta la perspectiva de una federación de obreros y empleados telefónicos recuperada de manos de la burocracia. Forma parte del proceso de recomposición de la clase obrera y sus organizaciones. El gobierno “nacional y popular” trata de desviar esta tendencia de la clase obrera y cooptar a las nuevas direcciones, en el intento de sumar una nueva burocracia sindical a la vieja.