Un 1° de Mayo de la izquierda y los luchadores
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El Frente de Izquierda, polo político de la clase obrera
Cuando faltan pocos días para el 1° de Mayo es claro que las huelgas docentes y el paro del 10 han golpeado los planes de ajuste del gobierno y agudizado la crisis política. La huelga general docente, que aún continúa en varias provincias, y la contundencia del paro nacional, dan cuenta de una tendencia de fondo en las masas y de toda la situación política.
Las perspectivas abiertas por el paro chocan con la política de todos los bloques capitalistas, sean del oficialismo o de la oposición. Tienen un punto común que tampoco disimulan: imponer el ajuste salarial, los tarifazos en los servicios y el transporte público, ‘arreglar’ con el capital internacional y quebrar la resistencia de la clase obrera.
La presión capitalista
se ha hecho sentir
sobre la burocracia
Hugo Moyano advirtió que no tiene pensada una nueva medida de fuerza. El burócrata máximo de la Fraternidad, Maturano, se atrevió a apoyar una nueva devaluación del peso. El gobierno pretende valerse del manejo discrecional de los subsidios al transporte, para desarmar al frente de la burocracia que decretó el paro. Barrionuevo se declaró partidario de un nuevo paro, pero es un elemento marginal, enlazado a negocios que prosperan en la marginalidad.
Las medidas de lucha en dosis homeopáticas armadas por la burocracia sindical buscan descomprimir la presión de las masas y retener el monopolio de gestión de la lucha de clases. La santa alianza del kirchnerismo, los Massa y los Moyano contra los piquetes organizados por la izquierda y el ala combativa del movimiento obrero, debe entenderse en este contexto. La razón política de la animadversión a los piquetes obedece a que expresan el progreso de la izquierda. El abandono de la calle por parte de CTA-Micheli tiene razones similares. Está promoviendo el rescate de un centroizquierdismo moribundo con Claudio Lozano y Víctor De Gennaro.
La única coalición política que apoyó y participó activamente del paro del 10 de abril fue el Frente de Izquierda. Los millones de trabajadores que pararon en esa jornada lo tuvieron como única representación política. Así fueron vistos los voceros del Frente de Izquierda, especialmente del Partido Obrero, defendiendo el paro en los medios de comunicación.
La situación en su conjunto plantea la necesidad de reforzar una alternativa política de la izquierda. Una opción negativa es que opere como un grupo de presión sobre las burocracias sindicales. El lugar de la burocracia en la disputa por la salida a la crisis en curso es el campo político patronal. El millón y medio de votos del Frente de Izquierda lo han convertido en un polo político, que compite por la atracción de los campos intermedios.
El Frente de Izquierda debe convocar a un gran acto aglutinante, en la Plaza de Mayo y en todos los centros políticos del país, para reafirmar el desarrollo de una alternativa política independiente de los trabajadores. Un acto del 1° de Mayo para dar apoyo a las luchas corrientes, agitar por la continuidad del plan de lucha e impulsar una campaña por la huelga general. Debemos desarrollar la primacía política del proletariado frente a las fuerzas políticas del capital y de su Estado.