El 10 de mayo, Myriam Bregman participó durante media hora del programa “De una” conducido por Antonio Fernández Llorente, programa dedicado al reciente fallo de la Corte que suspendió las elecciones de San Juan y Tucumán en la semana previa a la elección, impugnando la reelección de Uñac y la continuidad como vicegobernador de Manzur, luego de dos períodos.

Su intervención tuvo un sesgo claro: se colocó en el campo del gobierno al denunciar exclusivamente a la Corte Suprema, sin diferenciarse o delimitarse del peronismo que gobierna la Nación y las provincias controlando los supremos tribunales de justicia provinciales y avalando todo tipo de manipulaciones fraudulentas.

No se refirió a la manipulación que implica avalar una candidatura de Manzur como vicegobernador cuando la Constitución provincial habilita una sola reelección. Recordemos que Manzur fue vicegobernador desde 2007 al 2015 y luego gobernador por otros dos mandatos. El caso de Sergio Uñac en San Juan es similar: la Constitución provincial habilita dos reelecciones en el cargo de gobernador o vicegobernador y ahora iba por la tercera.

La única alusión en treinta minutos a Juan Manzur, hasta hace poco el Jefe de Gabinete que venía a traer “volumen político” al gobierno del Frente de Todos, consistió en criticar que haya votado a los jueces de la Corte decretados por Macri. No criticó ni a Manzur ni a Uñac por el contenido social capitalista de su política como agentes de las mineras, los grandes laboratorios y el agronegocio. Criticó al régimen de acoples y colectoras pero solo blandió el tema de las reelecciones para señalar que el radicalismo iba por el quinto mandato en San Salvador de Jujuy.

En el caso de Uñac, la manipulación es escandalosa porque antes de anotarse para la reelección anuló las Paso y estableció la ley de lemas en la provincia.

Bregman, inclusive, especuló con la idea de una movilización como la del 2 por 1 contra la Corte Suprema, ignorando que del otro lado, en las provincias, hay antecedentes de enormes movilizaciones contra los fraudes de los gobernadores.

La única critica que disparó fue el aumento de la pobreza y el gatillo fácil sin denunciar a sus responsables políticos. La intervención de Bregman fue absolutamente parcial. El eje excluyente de su intervención fue la crítica a la Corte Suprema, dejando en segundo plano al peronismo que gobierna.

La intervención de Bregman no resultó disonante frente a los zócalos en la pantalla que tomaban las declaraciones de los referentes del PJ. Estuvo orientada en congraciarse con la audiencia kirchnerista que sigue ese canal de televisión. Mantiene una línea: para no quedar en el campo de la derecha se coloca en el campo del gobierno, como cuando negó la responsabilidad material de CFK en las corruptelas bajo su gobierno.

Necesitamos una izquierda independiente que luche por delimitar, o sea separar, a los trabajadores del peronismo. Si la izquierda aparece indiferenciada del peronismo le hace el juego a la derecha y en particular a Milei que nos embloca con la “casta política”. No es una animosidad faccional contra Bregman, es la necesidad de discutir qué izquierda necesitamos.

Necesitamos una izquierda que se plante en la lucha de clases y que se de-li-mi-te del nacionalismo capitalista.

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