Políticas

21/7/2005|909

Un 9 de Julio 'nacional y popular'

Alperovich militarizó la provincia

El 9 de julio, cuando Alperovich lanzó la campaña electoral, la Plaza Independencia y la Casa Histórica estuvieron cercadas por alrededor de 5.000 policías de la provincia, Gendarmería y Policía Federal. Llegaron grupos de las denominadas fuerzas especiales con equipos de robótica. A todo esto se sumaron los servicios de los Ale y sus muchachos, dueños de la remisería 5 Estrellas, que en época de Miranda y por intermedio del actual vicegobernador Juri habían sido incluido como una prolongación de los aparatos de seguridad. Los Ale tuvieron un rol fundamental en la parte final de la jornada, cuando se realizó el acto en el Club San Martín. Este operativo lo completaron los patovicas-piqueteros cooptados por el gobierno, como es el caso de Barrios de Pie y otros grupos locales. La Plaza Independencia y la Casa Histórica estuvieron casi vacías de público.


Donde hubo una concurrencia fue en el estadio de San Martín. El gobierno había pronosticado 30.000 personas, la Policía dice que hubo unas 12.000, en su inmensa mayoría arrastrados del interior. En la ciudad pasaron lista a los empleados públicos. El gobierno financió con dinero público unos 300 micros que avanzaron con contraseñas. A los micros con gente que no cumplían con ese requisito se les bloqueaba el paso. A los concurrentes se les pagó de 5 a 10 pesos, se entregaba un bolsón y, en el viaje, se prometía para el propio acto un sándwich de queso, mortadela o milanesa, opción que dependía del poder adquisitivo del puntero. Los medios denunciaron un gasto de un millón de pesos. Un sector importante de la concurrencia se retiró antes de que K terminara su discurso. Cuando concluyó, el estadio se despobló y los artistas tuvieron que actuar con un escaso público.


Alperovich y Juri están dispuestos a militarizar la vida política de la provincia en su afán de conseguir la reelección.