Políticas

28/10/2010|1152

Un agravio que no se puede tolerar

Es difícil responder con serenidad al insulto soez, asqueroso, inmoral que saliera publicado el domingo pasado en Tiempo Argentino y que está firmado por el “sacerdote de los pobres” Eduardo de la Serna. Con el único objetivo de atacar políticamente a un partido, el Partido Obrero, el “sacerdote” ni siquiera repara en que está ante un compañero muerto, Mariano, quien fue asesinado por la patota sindical.

Mariano militaba en el Partido Obrero y ayudaba a construirlo todos los días acompañando, impulsando y organizando la lucha de los trabajadores.

¿Quién es este “sacerdote de los pobres” que destila tanto odio contra los que luchan? ¿Quién es este digno representante no de los pobres sino de la cúpula de una sociedad medieval, la Iglesia, que tiene en su haber la mayor cantidad de asesinatos de toda la historia de la humanidad? ¿Quién es este propagandista de la reacción que invierte la balanza y, en lugar de acusar a los asesinos, levanta el dedo de la Inquisición y envía a la hoguera a Mariano y “a la izquierda que busca muertos que ellos provocan y por los que después lloran”?

El texto de De la Serna es un agravio a  todos los que abrazan la causa de los trabajadores y que luchan para que se acabe la explotación, como lo hacía Mariano. Es un agravio, por parte de un representante de lo peor de la sociedad, a las decenas y decenas de miles de argentinos que pararon, llenaron la Plaza de Mayo y muchas otras plazas del país y gritaron fuerte para que escucharan los asesinos y sus cómplices -los que apretaron el gatillo y quienes los apañan- que “nunca más un muerto por luchar por sus derechos”.

Mariano estaba allí, en las vías, junto a los compañeros que peleaban por su fuente de trabajo porque allí había que estar, del lado de los despedidos, de los tercerizados y no del lado de Pedraza, al cual De la Serna no nombra ni una sola vez en su miserable artículo.

De la Serna se ubica en la vereda opuesta a la de Mariano y no lo oculta. Defiende a “este gobierno y a todos los anteriores” frente a la “izquierda” que espera “poder achacarle a este (u otro) gobierno sus muertes, para tener razones que levantar”.

Videla, sí, Jorge Rafael Videla, no lo hubiera expresado mejor.