Políticas

26/2/2015|1352

Un alegato demoledor

Funcionarios y empresarios, responsables de la tragedia


El documento de los familiares cerró el acto por este tercer aniversario con denuncias demoledoras. Cinco mil personas se reunieron en Plaza de Mayo para homenajear a las víctimas de la masacre y reclamar justicia. En los próximos meses tendrá lugar la sentencia en el juicio que se les sigue a los hermanos Cirigliano y a Juan Pablo Schiavi, Ricardo Jaime y otros ex funcionarios de la Secretaría de Transporte y de la CNRT. 


 


En su discurso, leído por María Luján Rey y Paolo Menghini, los familiares de las víctimas de la masacre refutaron de manera contundente la versión de la “falla humana” y apuntaron a las responsabilidades políticas y empresarias.


 


Los familiares detallaron que la formación corría con dos compresores menos que los necesarios y que aquel fatídico 22 de febrero de 2012 había experimentado fallas en los frenos durante todo el recorrido, hasta chocar en Once; que el tren había tenido su última revisión general en 1997. Explicaron que pasaron por el estrado más de 300 testigos que describieron el estado general deplorable del ferrocarril Sarmiento. Y que fue el defectuoso parachoques de la terminal de Once lo que convirtió la colisión en tragedia. La mayoría de las muertes, afirmaron, “podrían haberse evitado si el tren no cedía en su estructura y si no se producía el “acaballamiento” del segundo vagón sobre el primero y del cuarto sobre el tercero”. Apuntaron al maquinista por haber continuado el trayecto a pesar de los problemas de frenos, evidentes antes de ingresar a Once según los testimonios. “Deberá responder por qué tomó la decisión de continuar el trayecto, aún sabiendo de esa circunstancia, aunque sabemos que no es el responsable del estado deplorable de la unidad que tenía a su cargo”. Los familiares denunciaron a los responsables con nombre y apellido: Schiavi, Jaime, Cirigliano, Ochoa, Sícaro y Luna, entre otros. Criticaron a la justicia por haber dejado afuera de los procesamientos a Julio De Vido.


 


Los familiares apuntaron contra ellos por el fraude de la tercerización en empresas que pertenecen a TBA, por el vaciamiento de los talleres ferroviarios por parte de los empresarios, por la falta de controles sobre los multimillonarios subsidios estatales que recibían. En definitiva, por la connivencia de funcionarios y empresarios en el desquicio del sistema ferroviario. Reclamaron castigo a todos los funcionarios responsables. También denunciaron la compra de vagones a China como una maniobra para tapar las responsabilidades del gobierno en el colapso ferroviario y acusaron a la presidenta de Cristina Fernández por su responsabilidad política sobre este entramado. 


 


Por último, los familiares de Once recordaron a los caídos el 20 de diciembre de 2001, a Kosteki y Santillán, a los pibes de Cromañón, a Luciano Arruga, a nuestro compañero Mariano Ferreyra, a los inundados de La Plata y denunciaron la impunidad de los funcionarios responsables. 


 


Entre las adhesiones que se leyeron desde el escenario, las del Partido Obrero y Apel subrayaron la coincidencia de intereses y actores que estuvieron detrás del crimen de Mariano y de la masacre de Once.


 


Castigo a todos los culpables.