Políticas

30/6/1988|232

Un balance de las “internas” patronales

¿Cuál es el panorama de la situación política a partir de la observación de lo que ocurre en las internas de los principales partidos de la burguesía?

En tanto que Menem y Cafiero explican por las características convulsivas de la interna del PJ el nulo atendimiento de sus funciones de gobierno, Angeloz tampoco se dedica a gobernar, aunque su interna estuvo arreglada desde el comienzo por el método mágico del dedo. Es decir que la incapacidad gubernativa de los políticos capitalistas no tiene excusas. Son las contradicciones mortales de un régimen, y ninguna otra cosa, las que condenan a la impotencia a la política burguesa. La Ucedé, que se consideraba a salvo de “episodios bochornosos” en virtud de sus pretendidos principios liberales, tuvo una sonada gresca, nada personal, entre quienes quieren gobernar en el futuro con los radicales y quienes se preparan ya para las alternativas golpistas.

Las infinitas sectas que pueblan el mundo de la UCR decidieron meter violín en bolsa y darle a Angeloz una unción pacífica. Su convención nacional fue una amable siesta, donde los Storani, Grinspun y Puglieses enterraron sus hachas “nacionales y populares” en nombre de la nueva deidad “modernizante”. Pero la “paz” es sólo de piratas. Encolumnados detrás del hombre de Primatesta, las’ trenzas radicales se preparan para una dura lucha por los puestos. Lo que está ocurriendo en el gobierno es un espejo cristalino de esta puja de clanes e intereses.

Crisis en los gabinetes

Hace una semana atrás se abrió lo que La Nación llamó “la crisis más seria” entre Alfonsín y el ministro de “lujo” que debería acompañarlo toda su vida. La maniobra de los “pollos podridos” (ver nota) fue fabricada y hábilmente explotada por los “capitanes de la industria” para sellar la suerte del Secretario de Comercio, Ricardo Mazzorín, y reemplazado en la función de controlar los precios por un hombre de las empresas “formadores de precios”. Un sector de los llamados “capitanes de la industria” le dio la idea a Alfonsín de que el cargo podría ser para Livio Kuhl, del grupo Bridas y ex funcionario de la dictadura. Los izquierdistas como el Mas, que se sumaron al coro del “escándalo de los pollos”, no fueron más que las tontas víctimas de la cama armada por los pulpos explotadores.

Pero Sourrouille se plantó, amenazando con la renuncia colectiva del equipo económico. Es que más allá de la Secretaria de Comercio, Kuhl sólo “estaba dispuesto a asumir una responsabilidad (sic) en caso de que se le ofreciera el sillón de Ministro de Economía” (La Nueva Provincia, 27/6).

De la jugada a favor de Kuhl no habría sido ajeno Rodolfo Terragno, de quien se dijo que podría “renunciar” y dar “a conocer públicamente un supuesto plan económico ‘alternativo’ de su autoría” (cable N.A., 11/6). También estaba-en la conjura el ministro Nosiglia “amigó’’ de Mazzorín

Este es el cuadro del partido que se prepara para ir “unido” a las elecciones.

Claro que también Sourrouille tenía quien velara contra la trepada de Kuhl. En vísperas de la maniobra para desplazarlo, el thatcheriano Arnaldo Musich, frondicista, funcionario de Techint, despachó un violento ataque contra Alfonsín, que éste retrucó 24 horas después desde Bariloche. Estos “gritos y susurros” estuvieron motivados por la posibilidad de que el gobierno elimine el “compre nacional” y reduzca los aranceles que protegen a las siderúrgicas como Propulsora. Techint tuvo un violento encontronazo con la Shell, que fue la que denunció los sobreprecios de los tubos que fabrica, monopólicamente, la primera.

El choque entre Techint y Alfonsín es un botón de muestra de un cho-que. más general dentro de los “capitanes de la industria” que, entre otras diferencias, opone la “patria contratista’’ a los “aperturistas”.

Esta pelea por mercados controlados de 10.000 millones de dólares, se duplica con la presión de la banca extranjera en favor de una mucho mayor devaluación del austral. Esta superdevaluación podría ser la ganga que una a las diversas fracciones capitalistas. pero a costa de un derrumbe económico completo del Estado y de los consumidores.

La UCR se ha convertido en la cueva de pendencias de los usureros.

Ucedé

El alineamiento de la UCR con tos intereses, no ideológicos, sino reales de los capitalistas ha creado en la Ucedé una “crisis de identidad”. La derechista Nueva Provincia (23/6), en un editorial no vaciló en pegar una voltereta al afirmar “que el país entero necesitaba que este partido (la Ucedé) fuese en verdad distinto” y que “la UCR está ahora en condiciones al menos en palabras, de convertirse en ese lugar común para muchos liberales que vienen soñando hace 30 años con una gran fuerza de centro”.

La UCR ha lanzado una campaña para llevar a los partidos provinciales a polarizarse con los radicales contra el peronismo para el 89, y con esto se comió a la mitad del “centrismo”. Pero Angeloz necesita también de la otra mitad, es decir de la Ucedé, en el Colegio Electoral, apoyo que ya le fue prometido por Alsogaray.

Esta política “dinámica” produjo la reacción de los “históricos” de la Ucedé, para quienes lo que corresponde es aprovechar la crisis y los fracasos del próximo gobierno “populista” para impulsar un vacío de poder y no conchabos ministeriales. A través de esta crisis aparece claramente la primera fracción, después de Rico, que comienza a plantearse posibilidades golpistas.

Es interesante destacar, que, en Tucumán, el Partido Bandera Blanca rompió sus acuerdos con Bussi, por-que el general “procesista” —al Igual que Alsogaray— anticipó su voto por Angeloz en el Colegio Electoral.

Interna peronista

Se dice que la interna peronista tiene suspendida en el aire a toda la volátil política argentina. Si esto fuera cierto, el peronismo se habría transformado en el árbitro de la situación. Todo parece indicar, sin embargo, que el que está en el aire es el justicialismo, cuya interna es sólo un aspecto y un anticipo de su crisis.

Las expectativas que hablan de un triunfo de Cafiero se basan en que detrás de él está el aparato partidario y estatal del peronismo. Esto da una idea suficiente de lo que significa la movilización que produjo Menem en torno a su candidatura. Una victoria de Menem, o una gran elección de éste, sería un terrible golpe contra el PJ en su conjunto, plantearía la división o una quiebra del aparato del PJ. Entretanto, la división creciente del peronismo ha alineado a la mayoría de la burocracia sindical con Menem, de manera que una victoria “oficial” de los “funcionarios” renovadores plantearía, y ya plantea, un retorno de la “guerra” sindical. En la UOM, Miguel está preparando una campaña de intervenciones. Recientemente, en la CGT se produjo un choque que preludia lo que se pueda venir. Las 62 están reclamando el apoyo del gobierno a la “patota” sindical, que le está asegurando la “paz social” en las paritarias. En la crisis sindical inminente, tendrá su papel el ministerio de Trabajo, quien en la reciente convocatoria a elecciones en el SMATA demostró que respalda a su viejo aliado de los 15. De aquí a fin de año deberían tener lugar elecciones en 300 sindicatos.

Es natural que en estas condiciones se hable de una fórmula Cafiero-Eduardo Menem, quien representa al ala “civilizada’’ del menemismo. Pero esto no atenuaría la crisis sindical, que deberá resolverse por medio de enfrentamientos para permitir un posterior acuerdo de las 62 con Cafiero.

La interna del PJ ha dejado, de cualquier manera, a un gran tendal de electores que no votaría ya al “señorito” Cafiero en el 89. La interna del PJ ha servido así, para separar más a los partidos patronales del cuerpo electoral.

Crisis de la izquierda

En este cuadro de imparables choques dentro de los partidos burgueses, la izquierda democratizante no logra unirse detrás de su candidato “de lujo”— lo cual es sumamente grave, porque no tiene otra política de unidad. La improvisación y los recursos desesperados están fracasando una vez más.

El PC acaba de declarar por intermedio de un informe de Athos Fa- va, que la candidatura del fiscal Molinas es un rodeo (“gorila” por supuesto) hacia una posterior integración del PC con la “identidad peronista” que es la de Menem o Cafiero. Por de pronto el PC se abstuvo de la posibilidad de un frente de izquierda contra Rodríguez en el Smata, pero está entusiasmado a favor de un frente con los cafieristas en la UOM. Esto marca una estrategia.

El Mas ha sufrido una escisión, y tiene en camino otra, como resultado de las presiones inconscientes que existen en su seno contra el frente democratizante pequeño burgués. Esta situación explica las maniobras dilatorias del Mas respecto a un frente con el PC. La estrategia del Mas y del PC son las mismas, pues, aunque critique a Cafiero, el Mas acaba de ratificar su apoyo a la moratoria de Sarney— por la que precisamente abogan los “renovadores”.

Para el oportunismo, la crisis política de la burguesía debe facilitar la posibilidad de una alianza con su sector más “progresista”, en lugar de servir para emancipar a los trabajado-res de la tutela de la burguesía para formar un partido independiente.

Congreso de Trabajadores

Estas son las condiciones de crisis políticas propicias para acelerar el paso de los trabajadores y de la juventud hacia posiciones obreras revolucionarias.

El llamado del Partido Obrero a un Frente y a un Congreso de Trabajadores y de la izquierda va precisamente dirigido a llevar a los activistas y a la juventud a superar los límites democratizantes y burgueses de las actuales direcciones obreras y de la izquierda y a poner en pie un polo político de lucha contra el régimen social y político actual.

(artículo de elaboración colectiva)