Políticas

26/1/2017|1445

Un discurso para nada “renovado”

Acerca de un video del PTS 


“El desafío de seguir renovando y fortaleciendo al FIT en Córdoba, como lo hicimos en todo el país”. Con este lema, el PTS lanzó un video con la presencia de Del Caño y referentes cordobeses. Al margen de otras implicancias hay que señalar que,  por lo que se ve en el video,  lo de la renovación no corre para el PTS de Córdoba: los referentes promocionados son históricos y reiterados candidatos, incluida una legisladora que ya lleva dos años en la Cámara.


 


Con el video el PTS le asigna al FIT como principal tarea, tal como Del Caño planteó en Atlanta, ir por más diputados, o sea el proceso electoral.


 


El año ha comenzado con ataques frontales a los trabajadores; y que se corporizaron hasta ahora en el convenio petrolero, en el lock-out del Grupo Clarín, en los despidos -que, en nuestra provincia, tienen como principales destinatarios a los trabajadores de la industria metalmecánica. A esto se suman los golpes al salario y la economía de las familias obreras con los continuos tarifazos y la inflación.


 


Todos estos ataques no han frenado la crisis del gobierno, que encuentra su expresión en los cambios de gabinete. Tal como señala Marcelo Ramal en Prensa Obrera N° 1444: “En cualquier caso, tenemos trazado desde el vamos un 2017 de grandes enfrentamientos, luchas y desenlaces de las contradicciones explosivas que están en curso”.


 


De esta caracterización, se desprenden las tareas que debe abordar la izquierda incluido el propio proceso electoral: “Es todo un señalamiento para el Frente de Izquierda: la campaña electoral no será el devenir pacífico de las tendencias políticas preexistentes, sino que estará surcada por este cuadro convulsivo. Esta situación de conjunto debe colocar a la izquierda protagonizando la oposición a la escalada antiobrera, comenzando, naturalmente, con la organización obrera en defensa de los convenios y contra los despidos, en la perspectiva de la ocupación de las fábricas que despidan o suspendan, y de un plan de lucha contra la ofensiva oficial. Por medio de una intensa agitación política, es necesario denunciar la impotencia de los planes capitalistas de cara a una bancarrota internacional extendida y convocar a los trabajadores a organizarse en torno de un programa y de una salida de poder propios” (ídem).


 


El temprano video del PTS con su “desafío a seguir renovando y fortaleciendo” no sólo es de un grosero electoralismo,  sino que está centrado en la lucha hacia adentro del Frente de Izquierda, hacia la “interna”. No prepara a los trabajadores para enfrentar los ataques, organizar la lucha, recuperar los sindicatos y aprovechar la crisis capitalista y de gobierno en la perspectiva de una salida de poder propia, sino que los quiere meter en un debate faccional dentro del FIT. Para decirlo en otras palabras, el PTS “le perdona la vida” al régimen capitalista para llamar la atención de los trabajadores en una supuesta (y falsa) renovación.


 


Faccionalismo


 


El video adelanta, como lo interpretó un medio de prensa, una temprana campaña hacia las Paso. Es la respuesta a los planteos efectuados en Atlanta, tanto por nuestro compañero Pitrola como por Giordano de IS, en el sentido de ir a las elecciones con listas únicas para concentrar nuestra campaña en la denuncia a los capitalistas y sus partidos y colocando al FIT como una alternativa.


El PTS repite el slogan de “renovar y fortalecer”; el apresuramiento en Córdoba no es casual, es de los distritos importantes, junto a CABA y Provincia de Buenos Aires, donde el PTS perdió la interna.


 


La renovación, que no llega a los candidatos, tampoco alcanza a las ideas.  El PTS, con un espíritu conservador, se aferra a lo que le dio resultado hace dos años.


 


El faccionalismo coloca los intereses de un aparato sobre las necesidades políticas de las masas; el lema central del PTS en Córdoba es: “Desplacemos a Olivero y Salas de la cabecera de la lista de candidatos”. ¿Es eso lo que requieren los obreros víctimas de la debacle industrial?, ¿responde a las necesidades de las mujeres que cada vez en mayor medida son víctimas de la violencia?, o ¿a las del 40% de trabajadores en negro o precarizados?, ¿ o a la lucha en defensa del bosque nativo que tuvo a los “históricos” del FIT a la cabeza?  Evidentemente no. Solo responde al interés de un aparato, el del PTS.


 


La campaña del PTS y su faccionalismo, mirados con mayor rigor, son un servicio a las variantes patronales, que pretenden disimular su política capitalista explotando el sentimiento adverso a los políticos y a sus partidos (es decir, a ellos mismos) reciclando cada tanto a sus desprestigiados personeros.  Impide que los trabajadores aborden la lucha política teniendo como eje los intereses de clase, y no las formas, como remedio a los males del régimen político.


 


¿Fortalecer? ¡Las pelotas!


 


Después de las PASO de 2015, y desde la asunción de Macri, la política del PTS puso en peligro al FIT,  por hacer algo que de nuevo no tiene nada para la izquierda latinoamericana: el seguidismo al nacionalismo burgués. Con esa orientación rompieron el acto del 1º de Mayo, con la misma apoyaron proyectos del kirchnerismo en el Congreso y se florearon con lo peor de los K (Rossi, Tomada, D´Elia, Aníbal Fernández, etc.) colocándolos como única vía para reclamar la libertad de Milagro Sala o contra el atropello a  Hebe Bonafini. El seguidismo los llevó a romper las listas del FIT en la Universidad de La Plata para ir con los K vergonzantes.


 


La lucha por colocar al FIT como una alternativa política (incluso en lo electoral), como un polo de reagrupamiento de los explotados,  requiere de una estrategia de independencia política y de una agitación concentrada en la lucha contra el gobierno y los ajustadores.  Ahí están los desafíos. El faccionalismo electorero encubre una incomprensión respecto de esta cuestión crucial,y, en última instancia, un escepticismo de fondo respecto de las posibilidades de la izquierda revolucionaria como alternativa de poder.